Ya ha comenzado la Navidad en Mónaco, y ha sido con la inauguración del mercado típico de estas fechas, que este año será más reducido por la pandemia, pero cuenta con varias atracciones que han conquistado a los más pequeños de los Grimaldi. El príncipe Alberto ha presidido el evento sin su mujer, Charlene, que continúa fuera del Principado recuperándose tras más de seis meses tratando de superar sus problemas de salud, pero ha contado con el apoyo del resto de su familia. No han faltado Jacques y Gabriella, que a sus casi siete años se han convertido en los mejores acompañantes de su padre, cada vez más presentes en muchas de las grandes citas monegascas y tampoco su hermana la princesa Carolina, más que acostumbrada a ejercer de perfecta consorte cuando es necesario. Además, en esta ocasión, los niños han contado con la compañía de sus primos maternos Bodie y Kaia Rose Wittstock, acompañados de su madre Roisin Galvin Wittstock, y de Stefano y Franceso, hijos de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, también presentes.
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- Carolina de Mónaco, volcada con su hermano y sus sobrinos desde la ausencia de Charlene
Bien protegidos del frío con abrigos negros y bufandas, la Familia Real de Mónaco ha dado la bienvenida a la temporada navideña que, sin duda, será diferente este año en el Palacio. En este pistoletazo de salida a las fiestas Alberto y los suyos han disfrutado de la noria, las atracciones y las decoraciones que se han inaugurado en la ciudad, situada a unos 200 kilómetros de distancia de ciudades como Marsella. Los pequeños de la casa llevaban abrigos más coloridos que los adultos, y hemos podido ver una vez más el personal estilo que tiene Gabriella, con un anorak metalizado en color azul y pantalones rojos de cuadros. En la cabeza, algunos de los niños han llevado divertidas diademas de reno, y en la mano no han soltado unas banderas de Canadá, que formaban parte de los regalos de una de las atracciones.
- Alberto de Mónaco asegura que sus hijos verán a Charlene 'en cuanto sea posible'
Este año vuelven las fiestas en (casi) todo su esplendor a Mónaco, una región que bebe de la tradición de los mercados navideños que hay por toda Europa y en particular por el norte de Francia y sur de Alemania, pero que, sin embargo, se queda sin él por segundo año consecutivo. Las restricciones han supuesto que se organice este "Christmas Village" en el puerto de Mónaco, pero de una manera mucho más reducida que la de antes de la pandemia. Sin embargo, los niños continúan siendo los protagonistas y desde el sábado 4 de diciembre hasta el 3 de enero podrán disfrutar de la decoración y algunas atracciones como un enorme tobogán de nieve, la pesca del patito, el tradicional tiovivo y otras, como las enormes bolas navideñas a las que se subieron los pequeños de la Familia Real monegasca, o la imprescindible pista para patinar sobre hielo. Aunque se trata de un recinto de entrada gratuita y al aire libre, las normas sanitarias exigen que se mantengan las mascarillas puestas durante la estancia, tal y como hicieron Alberto de Mónaco y sus familiares.
- ¿Por qué Jacques y Gabriella de Mónaco han abandonado el colegio para educarse en casa?
¿Dónde está Charlene?
Hace solo unos días, el príncipe Alberto volvía a conceder una entrevista para explicar la verdad sobre la salud de su esposa, Charlene de Mónaco, y su relación con ella. La Princesa regresó el 8 de noviembre de Sudáfrica, su país natal, después de seis meses recuperándose de una severa infección de oídos, nariz y garganta. En un primer momento se esperaba que volviera al 100% a la vida monegasca, ya que su marido incluso habló de un viaje oficial a Dubái, pero tras su llegada, el Palacio se apresuró a difundir un comunicado oficial en el que se informaba que la Princesa se retiraba temporalmente de la vida pública para recobrar la salud y que su ubicación sería confidencial. El Príncipe confirmó después que estaba interna de forma voluntaria en un centro de Europa por sufrir un profundo agotamiento tanto emocional como físico, lo que la mantiene alejada de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de seis años. A pesar de la distancia, el soberano insistía en Paris Match que la echan mucho de menos pero que saben que podrán verla "en cuanto sea posible".