El príncipe Alberto ha vuelto a conceder una entrevista en la que intenta arrojar más luz sobre la salud de su esposa, Charlene de Mónaco, y su relación con ella. La Princesa regresó el 8 de noviembre de Sudáfrica, su país natal, donde ha permanecido medio año aquejada de una severa infección de oídos, nariz y garganta y aunque se esperaba su reincorporación a la vida monegasca, Palacio se apresuró a difundir un comunicado oficial en el que se informaba que la Princesa se retiraba temporalmente de la vida pública para recobrar la salud y que su ubicación sería confidencial. Su marido confirmó después que estaba interna de forma voluntaria en un centro de Europa por sufrir un profundo agotamiento tanto emocional como físico, lo que la mantiene alejada de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de seis años. A pesar de la distancia, el soberano ha confirmado en Paris Match que la echan mucho de menos pero que saben que podrán verla "en cuanto sea posible".
Los pequeños están escolarizados en Palacio hasta que la situación sanitaria provocada por la pandemia mejore. En septiembre comenzaron sus clases en la escuela François d'Assise-Nicolas Barré, pero desde finales de octubre estudian en la residencia real. No estudian solos, sino que les acompañan cuatro niños más (dos chicos y dos chicas) de su curso que reciben clase junto a ellos en una sala grande del Palacio Grimaldi. También cuentan con profesores para atender sus necesidades presencialmente. "Junto a la princesa Charlene hemos tomado esta decisión de adaptar este dispositivo en una sala más grande para acoger a seis niños, desde que comprendimos que la situación iba a perdurar". A pesar de ello, sí acuden al colegio para asistir a algunos cursos de deportes, como natación. Cuando la situación epidemiológica mejore, volverá a la escuela, ha asegurado el monarca.
Los mellizos conocen la situación que atraviesa su madre y la añoran mucho. Así lo demostraron el pasado 19 de noviembre, Día Nacional de Mónaco, cuando desplegaron unos dibujos desde el balcón de Palacio donde podía leerse: "Te echamos de menos, mami", "Te queremos". A pesar de la distancia, el jefe del Estado ha confirmado que los pequeños podrán verla "en cuanto sea posible". Alberto y sus hijos ya se desplazaron hasta Sudáfrica el pasado agosto para reencontrarse con la Princesa. Los pequeños también la vieron el pasado 8 de noviembre, en su regreso a casa y desde entonces no hay constancia pública de que se hayan vuelto a ver.
El príncipe monegasco también abordó los constantes comentarios que apuntan a una crisis matrimonial, que les han acompañado desde que la Princesa quedó atrapada en el continente africano al no poder coger un vuelo de regreso ya que la presión no se igualaría y sería fatal para su dolencia. “No sufre ninguna enfermedad grave o incurable, no es tampoco un problema de pareja. Nuestra pareja no está para nada en peligro, quiero ser claro sobre esto. Se trata de las consecuencias de todas las operaciones que ha sufrido en los últimos meses”, asegura en declaraciones a la revista francesa. Sobre el problema que ha sufrido el Príncipe aclara que "fueron solo problemas dentales, de tabique nasal y de senos nasales. No quiero traicionar la confidencialidad médica, solo se refiere al ámbito otorrinolaringológico", ha especificado.
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De esta manera, el príncipe Alberto responde a una información aparecida en el medio estadounidense Page Six en el que el círculo más cercano de la exnadadora manifestó que su patología la obligó a pasar por tres operación que generaron “graves problemas de sinusitis y deglución derivados de una cirugía anterior”. Ello le ha impedido “comer alimentos sólidos durante seis meses y solo ha podido ingerir líquidos a través de una pajita, por lo que ha perdido cas la mitad de su peso corporal”. También considera que “es injusto que se la presente con algún tipo de problema mental o emocional. No sabemos por qué Palacio le resta importancia al hecho de que casi muere en Sudáfrica”.
Respecto a la situación que atraviesa la relación entre Alberto y Charlene, el soberano no ha dudo en zanjar todos los rumores. Antes de esta última entrevista, ya habló con la revista norteamericana People donde habló sin rodeos de ello. “Esto no es Covid y no está relacionado con un cáncer. No es una cuestión de relaciones personales y si queréis discutir sobre otra especulación, no esta relacionado con la cirugía plástica”, insistiendo en que la naturaleza de los problemas no tienen que ver con su matrimonio. A los pocos días de que Charlene regresara a Mónaco la pareja decidió conjuntamente, asistida por los hermanos de la Princesa, que buscaría atención médica, lo que reforzaría la idea de que son una pareja bien avenida.
No es la primera vez que el monarca habla alto y claro de su vida personal en los medios de comunicación. El pasado septiembre declaró también a People que “¡No se fue de Mónaco enfadada!”, dijo y afirmó que su esposa no se marchó porque estuviera enojada con él o con cualquier otra persona, sino que “iba a viajar a Sudáfrica para reevaluzar el trabajo de su Fundación allí y tomarse un tiempo libre con su hermano y algunos amigos”, añadió. También insistió en que “ella no se exilió, solo fue un problema médico que tuvo que tratarse”.
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