Alberto de Mónaco ha viajado a Dubái para inaugurar el pabellón monegasco de la Exposición Universal, que se celebra estos días en los Emiratos Árabes Unidos. Aunque la princesa Charlene ya se encuentra de regreso en el principado tras pasar seis meses de enfermedad en Sudáfrica, el monarca viajó a la ciudad-emirato sin su mujer. La princesa Estefanía, su hermana menor, ejerció de consorte y acompañó al príncipe en este acto oficial.
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Estefanía, que en febrero cumplirá cincuenta y siete años, sorprendió con nueva imagen: el pelo más corto que nunca. Durante los meses de ausencia de Charlene, Alberto se ha apoyado en sus dos hermanas y en sus sobrinos para cumplir con los numerosos compromisos oficiales. La mujer del príncipe está terminando de recuperarse de una infección de nariz, oídos y garganta, y lo está haciendo en su hogar, junto a sus dos hijos, los príncipes Jacques y Gabriella.
Pese a que Charlene ya ha vuelto a casa, los rumores siguen circulando en Mónaco. Chantell Wittstock, cuñada de la princesa, acaba de dar una entrevista en la que ha desvelado que la exnadadora olímpica no vive en palacio, sino en “su refugio”, un apartamento a solo trescientos metros de la residencia real. “No está claro dónde va a instalarse. Acaba de llegar y todavía no se ha decidido”, ha explicado la mujer de Sean Wittstock. Sus palabras no han pasado inadvertidas en el pequeño principado. “La princesa está de regreso en Mónaco con su esposo e hijos, eso debería decirlo todo”, se ha apresurado a decir Chantell para despejar las dudas que sobrevuelan Montecarlo.