Corren nuevos tiempos para la princesa de Hannover. Nunca ha estado tan cerca de ‘quedarse’ sin marido y sin título. Después de separarse y de tomar caminos muy diferentes hace once años, la solicitud de divorcio podría estar a la vuelta de la esquina.
El príncipe Ernesto lleva meses saliendo con Claudia Stilianopoulos, la relación va a más y hay nuevas cartas sobre la mesa, salvo que exista entre ellos algún documento privado de obligado cumplimiento. Podría ser. Más allá de que la princesa monegasca quisiera conservar el título, de mayor importancia que el del Soberano de Mónaco, y su tratamiento —no es lo mismo alteza real que alteza serenísima, el que recibió al nacer—, no se entiende muy bien que nunca hayan querido dar el paso.
Con la guerra en alto de padre e hijo por la gestión de las propiedades y castillos
Diferentes medios europeos han publicado que la decisión de no divorciarse tendría que ver con querer proteger al hijo mayor de su marido, también conocido como Ernst August, pero esto tampoco tendría mucho sentido, aún con la guerra en alto de padre e hijo por la gestión de las propiedades y castillos. De hecho, pronto tendrán que verse las caras. Ambos han sido convocados ante el tribunal regional de Hannover el 25 de noviembre para resolver la disputa familiar y económica.
Quizás la lectura sea tan sencilla como que nunca han creído necesario el divorcio. La princesa Carolina no quiso rehacer su vida —nunca se le ha conocido otro novio después de su marido— y sigue sola a sus 64 años. En cuanto al príncipe, sí que ha mantenido diferentes relaciones, aunque es ahora, a los 67 años, cuando parece decidido a sentar cabeza.
La princesa Alejandra se vería al menos una vez al año con el príncipe Ernesto, pero no hay imágenes de los dos juntos desde 2009, el año en el que sus padres tomaron caminos diferentes
El problema, tampoco estaría en la hija que tienen en común. La princesa Alexandra de Hannover cumplió 22 años el 20 de julio, y siempre vivió con su madre hasta que empezó a estudiar la carrera de Ciencias Políticas y Filosofía en Nueva York.
Aunque se vería al menos una vez al año con su padre, no hay imágenes de los dos juntos desde 2009, el año en el que el príncipe y Carolina de Mónaco tomaron caminos diferentes. Y dijo mucho que en 2018 decidiera convertirse al catolicismo. Lleva el título de princesa —la única de los hijos de Carolina—, y el apellido Hannover, pero antepone la fe de los Grimaldi a la Iglesia Evangélica Luterana que abrazó durante siglos la dinastía Güelfa, una de las casas reales más antiguas de Europa.
Quiere afincarse en Madrid y ha empezado a buscar casa en la urbanización donde vive su hijo menor, Christian, su nuera y sus nietos
El príncipe Ernesto ha vivido durante estos años en Austria, en un antiguo pabellón de caza, pero ahora quiere afincarse en Madrid, y ha empezado a buscar casa en la urbanización de Puerta de Hierro, donde vive su hijo menor, Christian, su nuera, Sassa de Osma, y los hijos mellizos del matrimonio, los dos nietos que le han robado el corazón.
El jefe de la Casa Güelfa lo tiene claro y quiere cambiar la guerra de Austria por la paz en España. En Madrid, lo tiene todo: la familia que de verdad lo quiere y la persona que parece haberle cambiado la vida, Claudia Stilianopoulos.
Una mujer que para la princesa Carolina tampoco es una desconocida. A diferencia de sus anteriores relaciones, entre ellas, la que mantuvo con la condesa María Magdalena Bensaude, la artista está en el círculo. Sus padres, la princesa Grace y Rainiero, tenían relación estrecha con los de Claudia, Mike Stilianopoulos y Pitita Ridruejo, llegando a asistir incluso a su boda con Philippe Junot.
Lo que ya era impensable podría suceder: Carolina sería el gran obstáculo para Ernesto de Hannover
Desde que comenzó a salir con la famosa escultora, Ernesto de Hannover parece un hombre nuevo. Nunca se le había visto así y esa manera de mostrarse —sonriente e ilusionado— hace que salten las alarmas. Lo que ya era impensable podría suceder. Podría volver a casarse. De ser así, y aunque hay un gran camino por delante para recorrer, Carolina sería el gran obstáculo. Sigue siendo oficialmente la mujer de Ernesto de Hannover, bisnieto del káiser Guillermo II, bisabuelo de la reina doña Sofía y tataranieto del rey Jorge V de Inglaterra, abuelo de la reina Isabel II.
Charlene le vuelve a ‘quitar’ el puesto
En los próximos días, Carolina también se quedará sin “puesto” en palacio. El regreso de Charlene a Mónaco está cada día más cerca y tendrá que hacerse de nuevo a un lado, después de retomar su sitio.
La princesa fue durante décadas la primera dama del principado. Primero junto a su padre, Rainiero, tras la muerte de Grace Kelly, y, después, al lado de su hermano, hasta que la princesa Charlene ocupó su puesto pasando, entonces, a un discreto segundo plano.
Diez años después, de manera inesperada, y a petición de su hermano, el príncipe Alberto, Carolina tuvo que retomar su antiguo papel para cubrir el vacío de su cuñada, que se vio atrapada en Sudáfrica por una infección otorrinolaringológica que la ha llevado a ser intervenida en varias ocasiones.
Pero, ahora, tras la última operación, la princesa se prepara para volver. Así lo declaraba el soberano a la revista People : “Está en buena forma y de mucho mejor ánimo”, y llegará a casa “antes del 19 de noviembre”, Día Nacional del Principado.
Mientras Charlene hace las maletas, Carolina se despide del primer plano. También está a punto de retomar lo que más le gusta: su vida de abuela de siete a la ‘sombra’ del trono, aunque ahora, quizá, con la vista puesta en España.