La operación a la que Charlene de Mónaco se sometió el pasado viernes, 8 de octubre, salió muy bien, según han confirmado a ¡HOLA! desde del Palacio principesco. Esta intervención es la tercera a la que tiene que hacer frente la mujer de Alberto de Mónaco desde que contrajera una grave infección otorrinolaringológica y que la ha hecho permanecer desde primavera en Sudáfrica, su país natal. Este procedimiento es el último relacionado con la enfermedad y se espera que una vez que esté recuperada regrese de vuelta a Mónaco. Tras practicarle la cirugía, que se realizó con anestesia general, la Princesa ha permanecido durante 48 horas en observación.
Parece que tras este parte el retorno de Charlene a su ‘reino’ es inminente. La semana pasada, su marido hablaba en una radio monegasca de que volvería “muy pronto”, aunque sí mencionó que “tenemos que hablar con los médicos”. En el extracto de esa entrevista el monarca no hizo referencia alguna a esta nueva convalecencia de la Princesa que ya estaba programada. Si el viernes era la Fundación de la Princesa la que en un escueto comunicado informaba del nuevo paso médico, ahora ha sido una fuente de la Casa Principesca la que ha dado cuenta de su evolución.
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Unos días antes de que se conociera el nuevo ingreso de Charlene, circuló por las redes sociales una nueva imagen en la que aparecía con el nuevo rey zulú Misuzulu, el que podría considerarse su primer acto social en el país africano. La mayor parte del año, la Princesa ha permanecido en Sudáfrica, aunque sus operaciones han tenido lugar a partir de verano. El 23 de junio fue intervenida por primera vez, el 13 de agosto tuvo la segunda cirugía, tras la cual recibió la visita de su marido y sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, y el pasado 8 de octubre, la tercera. Entre medias, el 1 de septiembre fue ingresada en el hospital tras sufrir un desmayo derivado de su infección.
La princesa Charlene viajó a Sudáfrica el pasado marzo para asistir al funeral de su gran amigo Goodwill Zwelithini, rey de los zulúes. Más tarde, en mayo, participó en África en una campaña contra la caza furtiva de rinocerontes. El origen de su grave infección de nariz, oídos y garganta fue una intervención en la boca en la que le elevaron el seno maxilar, un procedimiento habitual previo a la colocación de un implante, que tuvo lugar antes de viajar a su país natal. La cuñada de las princesas Carolina y Estefanía no fue consciente de la gravedad del problema hasta que comenzó a sufrir un fortísimo dolor de oídos, que la obligó a visitar a un especialista ya en el continente africano. Todo esto la ha llevado a no poder coger un avión de regreso a Mónaco porque la presión de los oídos no se igualaría y no podría soportar un vuelo por encima de los 20.000 pies de altura. El último acto público en el que se la vio en público en Mónaco fue el 27 de enero en la misa de Santa Devota a la que acudió con su familia.