En medio del misterio que en los últimos tiempos envuelve a la princesa Charlene, su marido, Alberto de Mónaco, ha querido arrojar luz sobre su estado de salud y sobre su regreso al Principado. Desde hace meses la Princesa se encuentra en Sudáfrica, su país natal, a donde viajó con su fundación y desde entonces no ha regresado a Mónaco. Una serie de infortunios médicos le han impedido coger un vuelo y regresar a Palacio, mientras que los rumores de una crisis en el matrimonio no paraban de crecer. Desde mayo, cuando se supo que padecía una grave infección otorrinolaringológica, todo son especulaciones sobre su salud, la verdadera relación que mantiene con su marido o sobre cuándo se producirá su ansiado regreso, a pesar de que los protagonistas de esta historia se afanan en dar normalidad -con sorprendetes fotos y entrevistas- a una situación que cada vez está más enrarecida. Lo cierto es que las últimas imágenes de la Princesa están lejos del glamour de Montecarlo y en ellas casi no hay atisbo del atlético cuerpo de nadadora de Charlene, sino el de una mujer, que a sus 43 años, muestra cierto agotamiento, fragilidad y una llamativa delgadez. Aunque ya se había hablado de finales de octubre como la fecha de su vuelta a casa, el príncipe Alberto se ha apresurado a decir que su esposa “todavía está en Sudáfrica, pero volverá muy pronto, tenemos que hablar con los médicos en unos días”, ha dicho en la cadena de radio RMC, que emite en Francia y en Mónaco.
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Estas nuevas declaraciones de Alberto de Mónaco indican que el reencuentro con su mujer en La Roca es más que inminente. Pero, el jefe de la Casa Grimaldi, además, ha querido informar sobre el estado de salud de su mujer. “Está mejor, aunque ha sido muy complicado para ella porque ha sufrido diferentes problemas”, según un extracto que la cadena de radiodifusión ha compartido y que es un adelanto de una entrevista que Jerome Rothen le ha hecho para su programa Rothen s’lamme y que se emitirá íntegramente la próxima semana. A las palabras del príncipe Alberto, se le suma la reaparición de la propia Princesa en una imagen inusual en la que aparecía con el rostro sonriente, sentada frente un libro y con un rosario al cuello, que acompañó con las palabras: “Que Dios os bendiga”. Esta fue la primera imagen de la Princesa desde la recaída del pasado 1 de septiembre que la llevó a ser ingresada de urgencia.
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Antes de esta reaparición virtual, a Charlene se la pudo ver posando junto a su marido y sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, que viajaron hasta Sudáfrica para poder verla y abrazarla. A pesar de que la estampa dio muestras de unidad familiar y conyugal, las fotografías muestran a una Princesa más delgada y frágil. Una forma atípica de desmentir crisis que se suma a un insólito comunicado que envió su Fundación, y no la Casa Principesca, en junio que dio la vuelta al mundo y que lejos de zanjar especulaciones no hizo más que echar leña al fuego. En él, además de explicar que había contraído la grave infección hizo referencia a su aniversario de boda. "Este año será el primero que no estaré con mi marido en nuestro aniversario en julio, lo que es difícil y me entristece. Sin embargo, Alberto y yo no teníamos otra opción que seguir las instrucciones del equipo médico, a pesar de que resulte difícil. Él está siendo un apoyo increíble", deslizaba el documento. A todo esto se añade que Nicole Coste -madre de Alexandre, el hijo que el soberano tuvo en 2003 con esta azafata togolesa de Air France- concedió por primera vez una entrevista en Paris Match sobre cómo era la relación entre ambos. Una aparición mediática que curiosamente se produjo una semana después del posado familiar en Sudáfrica.
La cuñada de las princesas Carolina y Estefanía viajó a Sudáfrica, su país natal, el pasado marzo, para acudir al funeral del Rey de los zulúes. En mayo participó, también en África, en una campaña contra la caza furtiva de rinocerontes. Después contrajo la grave infección de oído, nariz y garganta que la ha impedido viajar en avión para reunirse con su marido y sus hijos (la presión de los oídos no se igualaría por lo que no podría soportar un vuelo por encima de los 20.000 pies de altura) y que la han llevado a someterse a dos intervenciones quirúrgicas durante el verano y un ingreso hospitalario el pasado 1 de septiembre. A pesar de los comunicados, del reencuentro del matrimonio en el continente africano, de los desmentidos y de las imágenes, lo cierto es que los rumores de crisis no han hecho más que florecer durante todo el tiempo que lleva ausente de su 'reino'.
La última vez que se vio a Charlene en un acto público en Mónaco fue el 27 de enero cuando acudió con su familia a la misa de Santa Devota. Desde entonces se la ha echado de menos en el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, en la noche de San Juan, donde Alberto salió al balcón de Palacio solo con sus hijos y así un sinfín de compromisos oficiales en los que el jefe del Estado aparecía solo avivando la sombra del divorcio o junto a su hermana Carolina, convertida en una especie de primera dama suplente. Mientras, ambos se han apresurado a desmentir que la Princesa haya huído o que su separación física sea también sentimental. “¡No se fue de Mónaco enfadada! Ella no se fue porque estuviera enfadada conmigo o con cualquier persona. Iba a viajar a Sudáfrica pera reevaluar el trabajo de su Fundación allí y tomarse un tiempo libre con su hermano (Sean) y algunos amigos. Se suponía que solo iba a estar allí una semana, un máximo de diez días, pero surgieron complicaciones médicas”, dijo el Príncipe en la revista People. Mucho antes, en julio, la Princesa confesaba desde su retiro en Sudáfrica que “echo mucho de menos a mi marido y a mis hijos”, dijo en el medio local News 24. “Lo que ha sido extremadamente difícil es que me dijo el equipo médico que no podía volver para mi décimo aniversario de boda. Alberto es el principal pilar de mi vida y mi fuerza, sin su amor y apoyo no habría podido superar este momento tan doloroso”, dijo a primeros de julio cuando nadie podía imaginar que su ausencia se iba a postergar tanto tiempo.
Mediadora con los zulúes
Por otro lado, aprovechando su estancia en Sudáfrica, Charlene se ha ofrecido a mediar en una disputa familiar entre los miembros de la Familia Real zulú. Tirando de diplomacia ha instado a los zulús a poner fin a su batalla por la sucesión “en aras de la unidad”, según la emisora nacional de Sudáfrica y recoge el Daily Mail. La exnadadora era amiga personal del difunto rey Goodwill Zwelithini