En pleno proceso de recuperación de la infección severa de oídos, nariz y garganta que padece, la princesa Charlene ha sufrido un contratiempo. La mujer de Alberto de Mónaco tuvo que ser hospitalizada el pasado 1 de septiembre tras sufrir un desmayo derivado de esta grave enfermedad, tal y como ha dado a conocer el Palacio Principesco mediante un comunicado. Además han señalado que la Princesa se encuentra en todo momento vigilada de cerca por su equipo médico y que su estado no es preocupante.
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A continuación reproducimos íntegramente el comunicado emitido por Palacio, hoy día 3 de septiembre, en torno a las 21: 30 hora española (dos días después del ingreso de la Princesa):
En la noche del 1 de septiembre, Su Alteza Serenísima, la Princesa Charlene de Mónaco, fue llevada al hospital después de desmayarse debido a complicaciones de una infección otorrinolaringológica grave. Su Alteza es seguida de cerca por su equipo médico, que comentó que su estado de salud no es preocupante.
El ingreso de Charlene se ha producido veinte días después de la segunda intervención quirúrgica y tan solo siete días después de despedirse de su marido y sus hijos, quienes le hicieron una visita a Sudáfrica, de la que ella misma compartió visiblemente feliz y emocionada algunos detalles así como la última travesura de su hija Gabriella. "Estoy tan emocionada de tener a mi familia de vuelta conmigo...", decía la Princesa, que hacía dos meses que no abrazaba a Alberto de Mónaco y sus mellizos. La comunicación entre ellos es constante tanto por teléfono como por videollamadas y le trasladan toda su energía para este proceso de recuperación del que están muy pendientes a pesar de los miles de kilómetros que los separan. Además, los gestos y miradas que se dedicaron en este reencuentro han hablado por sí solos, sirviendo de este modo para zanjar los rumores de crisis en el matrimonio y dejar claro que siguen unidos.
Teniendo en cuenta esta última recaída, todo parece indicar que la madre de Jacques y Gabriella no podrá retomar su rutina diaria en el Principado hasta dentro de un tiempo a pesar de que su marido en las últimas horas se ha mostrado optimista en ese sentido. El soberano apuntaba en una conversación con People que su encuentro podría producirse "antes de lo esperado" porque ella ya estaba preparada. "Estoy bastante seguro de que podemos acortar un poco ese período de tiempo", aseguraba. "Está impaciente por volver a casa y espera poder volver a reunirse con su familia, esta vez en Mónaco". Además explicaba que la Princesa está de buen humor e incluso bromeaba con él diciendo que "está lista para ser polizón en un barco para regresar a Europa". Charlene, de 43 años, ya contó hace unas semanas en Radio 702 que por el ritmo de su recuperación y las recomendaciones médicas que sigue es octubre el mes en el que podría volver a la normalidad.
El viaje que ha marcado un antes y un después
Desde que en mayo estuvo en su país natal recorriendo el safari de KwaZulu-Natal para promover el fin de la caza furtiva de rinocerontes mediante la fundación que lleva su nombre, la princesa Charlene no ha podido regresar a Mónaco a causa de una infección de la que continúa intentando reponerse. "Se necesita tiempo para abordar el problema que estoy teniendo. No puedo forzar la curación", decía sobre este problema de salud que comenzó con una intervención en la boca en la que le elevaron el seno maxilar, un procedimiento habitual previo a la colocación de un implante. Ahora su día a día está marcado por la distancia con su marido y sus hijos, con los que habla por videollamada o teléfono y quienes han estado con ella en dos ocasiones. La última fue la semana pasada, cuando la acompañaron en su postoperatorio; la anterior ocurrió en junio, cuando aprovecharon para celebrar el el quinto cumpleaños de Aiva Grace (es la hija de Sean Wittstock, hermano pequeño de Charlene y su esposa Chantell).
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