El pasado 3 de agosto, Carlota Casiraghi ha cumplido treinta y cinco años y lo ha hecho en un momento de plenitud y serenidad. En los últimos meses, la hija de Carolina de Mónaco se ha mostrado como nunca antes y ha dado un paso al frente sacando a la luz facetas de su vida que desconocíamos, como su pasión por los libros, su sensual voz —con la que sorprendía, en un desfile de Chanel, junto al músico Sébastien Tellier—, su talento como conferenciante y, además, volvía a demostrar su arte para enamorar a las cámaras haciendo de modelo de nuevo.
Un reflejo del buen momento que atraviesa son estas imágenes, tomadas en la Costa Azul, justo antes de su cumpleaños, durante unas vacaciones junto a su marido, Dimitri Rassam, y el pequeño de sus dos hijos, Balthazar, que el próximo mes de octubre cumplirá tres años. La hija de la princesa de Hannover pasó un agradable día de playa en el que disfrutó como una niña ayudando a su hijo a hacer castillos en la arena.
Siempre marcando tendencia, llevó dos looks para esta jornada playera: primero, unas bermudas rosas de estilo surfero y camiseta de manga larga, y después, lució tipazo con un traje de baño verde, con el que estuvo tomando el sol junto a Dimitri.
El matrimonio, que en junio celebró el segundo aniversario de su boda, estuvo unos días antes en un tranquilo pueblo llamado Cap-d’Ail, donde visitaron a uno de los amigos que Carlota hizo durante su relación con el cómico Gad Elmaleh, padre de su primer hijo, Raphaël. Después pusieron rumbo a la isla de Pantelaria, donde vive y tiene sus viñedos la madre del productor, Carole Bouquet, y allí estuvo la familia al completo, ya que también estuvieron Raphaël y Darya, la hija, de diez años, que Rassam tiene de su anterior matrimonio.