El Principado de Mónaco se está preparando para recordar uno de los eventos más importantes de la década. Los príncipes Alberto y Charlene se casaron en 2011 y, con motivo del décimo aniversario de su boda, se han puesto a la venta sellos conmemorativos. Se trata de una serie de cuatro estampas que recuerdan algunos de los momentos más relevantes de estos diez años de matrimonio y que podrán conseguirse por 1,50 euros cada uno a partir del próximo 1 de julio. Su distribución será a través de la Oficina de Correos, el Museo de Sellos y Monedas y de la red comercial del Principado.
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La primera de las estampas es la más sencilla y consta del emblema de los Príncipes: sus iniciales unidas, sobre estas una corona y en la parte inferior la fecha '2011-2021'. En el segundo sello aparece una de las imágenes de su boda: Alberto y Charlene a su salida del Patio de Honor del palacio principesco tras la ceremonia religiosa que los convirtió en marido y mujer. Bajo el arco de flores, la pareja posa agarrados del brazo tras disfrutar de un magnífico festejo que se alargó tres días. El tercer sello muestra una fotografía de la pareja durante la festividad del Día Nacional de Mónaco. Concretamente se trata del 19 de noviembre de 2018, una jornada en la que los Grimaldi se reunieron (a excepción de Carlota Casiraghi) para homenajear al Principado como llevan haciendo tradicionalmente desde 1949. La princesa Charlene lució para la ocasión un vestido negro de Akris, su diseñador favorito, un abrigo y un tocado-sombrero de inspiración oriental.
La última estampa que la compañía postal ha escogido para conmemorar el décimo aniversario es una imagen familiar, que ya utilizaron para conmemorar sus nueve años de casados en 2020, en la que los príncipes monegascos posan junto a sus dos hijos en común, los mellizos Gabriella y Jacques de 6 años. La fotografía fue tomada durante las celebraciones que se llevaron a cabo por el Día de San Juan el pasado 23 de junio de 2020 y que la familia pudo disfrutar desde el balcón de su residencia. Los pequeños son un pilar fundamental para Alberto y Charlene, de hecho, el Príncipe habló recientemente de las personalidades tan dispares que caracterizan a sus hijos. En sus declaraciones afirmaba que Jacques era "un poco más tímido y más tranquilo" y que Gabriella es "más extrovertida y tiene el don de la palabra".
Una boda de ensueño
Tras diez años de matrimonio, la pareja se encuentra más unida que nunca y felices de seguir compartiendo grandes momentos junto a sus dos hijos. Su boda es digna de recordar ya que fue una de las celebraciones reales más esperadas de la década y no defraudó. Duró un total de tres días, con invitados de todas las dinastías europeas y con una ceremonia religiosa se realizó en el Patio de Honor del palacio principesco que fue transformado en una iglesia al aire libre en un escenario único. Charlene y Alberto se daban el 'sí, quiero' frente a un altar que se colocó en el centro de dos impresionantes escalinatas que presidían el patio. Alfombras rojas, una magnífica lampara de araña, una cúpula celeste y 900 sillas y butacas con el grabado de las armas de los Grimaldi, fueron alguno de los detalles más significativos de la boda real.
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