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La agenda de los príncipes Jacques y Gabriella ha estado ocupada este martes, cuando los pequeños se han trasladado junto a su padre al Museo Oceanográfico de la ciudad principado, donde se ha organizado un día especial para los niños, para que conozcan la importancia de los mares y de la vida que allí habita. Alberto de Mónaco ha ejercido de representante de la Fundación de Charlene, una de las organizadoras del evento, mientras que ella se encuentra aún en Sudáfrica tras haber contraído una infección otorrinolaringológica que le impide volver a Europa.
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El museo Oceanográfico y la Fundación de la princesa Charlene han unido sus fuerzas para ofrecer a los niños de Roya Valley, una zona cercana a Mónaco destrozada el pasado otoño por la tormenta conocida como Álex, una jornada especial enmarcada en el proyecto Océanos para todos. A pesar de que la zona, conocida en Francia como Val Ròia y parte de la comuna de Breil-sur-Roya, no está en el Principado, está solo a unos 50 kilómetros en coche y desde el principio los monegascos se comprometieron a ayudar a la recuperación medioambiental y financiera.
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Durante el evento, hemos podido ver a Jacques y Gabriella de lo más unidos, abrazándose y cogiéndose de la mano para encontrar un apoyo el uno en el otro. El heredero del Principado, el mayor de los dos, buscaba el cariño de su padre y de su hermana mientras caminaban, posaban o estaban sentados. Ella lucía un conjunto de princesa con un vestido de color lila con volantes y mangas desiguales y accesorios en color metalizado. Por su parte, padre e hijo apostaron por trajes informales en tonos azules.
La princesa Charlene no acude a un acto oficial del Principado desde enero, cuando estuvo en la festividad de Santa Devota con su marido y los niños, pero su agenda la ha llevado dos ocasiones a Sudáfrica en los últimos meses. En el último desplazamiento al país que la vio nacer y crecer ha afianzado su compromiso con el mundo animal y promover el fin a la caza furtiva del rinoceronte, una especie que se encuentra amenazada. Con este objetivo en mente compartía hace algunas semanas unas impactantes imágenes en las que aparece vestida con un pantalón negro y una chaqueta verde militar rodeada de otros profesionales mientras colaboran en un rescante y ayudan a un ejemplar.
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"Gracias por no olvidarte de nosotros", dice en una de las instantáneas. Desde que publicara estas fotografías, sin embargo, se ha conocido que sufre una infección ORL (otorrinolaringológica), es decir, que puede afectar a las vías respiratorias o los oídos. El palacio monegasco envió un comunicado en el que se avisaba que la mujer del príncipe Alberto no podría acudir a su cita habitual con el automovilismo porque tendría que quedar durante más tiempo en el continente africano.