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Este domingo se ha celebrado el Gran Premio de Fórmula 1 en Mónaco, que ha tenido como espectador al príncipe Alberto. El soberano monegasco también estuvo la tarde del sábado viendo los entrenamientos en el circuito con sus hijos, Jacques y Gabriella, a los que además hacía partícipes de una original iniciativa enmarcada en esta cita. Como antesala de la celebración, los tres se desplazaba al museo Terrasses de Fontvieille, donde se expone una colección de vehículos que pertenecieron a Rainiero y posteriormente pasaron a su hijo ya que, tal y como él mismo comentaba, "los Príncipes de Mónaco siempre han sido unos apasionados de los coches". En este espacio de aproximadamente 5.000 m², los mellizos del soberano monegasco no solo acapararon todas las miradas gracias a sus gestos espontáneos y divertidos sino que también demostraron su talento con la pintura colaborando con una obra que Mark Dickens ha hecho para la ocasión.
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© Getty Images-Las impresionanates imágenes de Charlene de Mónaco al rescate de un rinoceronte
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El artista británico Marck Dickens, que es un apasionado de la Fórmula 1 y ha vendido varias piezas a Sebastian Vettel, ha organizado una exposición llamada We Roll as One en colaboración con Pirelli en la que no solo él ha firmado la obras sino que en esta ocasión ha contado con la ayuda y el ingenio de los hijos de Alberto de Mónaco para hacerla en pleno directo. Jacques y Gabriella, de seis años, cambiaron los pinceles por neumáticos de varios tamaños, todos cubiertos por pintura de diferentes colores y pasaron estas ruedas una y otra vez sobre un lienzo en blanco de diez metros de largo. Con guantes de plástico en las manos y en los pies para no mancharse, los mellizos se lo pasaron en grande pintando de esta original manera. Además, también estuvieron muy atentos a cómo lo hacían el resto de participantes, entre los que se encontraban su padre, el presidente de la FIA, Jean Todt y pilotos como Leclerc, Esteban Ocon y Antonio Giovinazzi.
© mark_dickens_artist
© pirelli_motorsportTras plasmar las ruedas en el lienzo y convertirlo en un colorido mural, los hijos del príncipe soberano y Charlene de Mónaco mostraron orgullosos cómo sus manos estaban llenas de pintura y plasmaron su firma en la obra de arte con un rotulador de color negro. Poco antes dejaron también su nombre en un coche de Fórmula 1 con el que quedaron fascinados. Además, no solo atendieron a las explicaciones que les dieron sobre el funcionamiento de estos vehículos de competición sino que también se montaron en él para ver cómo es por dentro y se pusieron un casco emulando de esta manera a los pilotos profesionales.
La ausencia de Charlene
Estos días tanto Alberto de Mónaco y los príncipes Jacques y Gabriella han asistido como espectadores al circuito de Fórmula 1 al igual que hicieron hace una semana con la competición de Fórmula E (la misma modalidad pero usando coches eléctricos). Quien no ha podido disfrutar de la emoción de vivir una carrera en directo y acompañar a su familia ha sido Charlene de Mónaco. La princesa se desplazaba días atrás a su Sudáfrica natal para luchar contra la caza furtiva y, por el momento, no puede regresar ya que sufre una infección ORL (otorrinolaringológica), es decir, que puede afectar a las vías respiratorias o los oídos. Así lo informaron fuentes oficiales del Palacio monegasco este viernes en un comunicado en el que la Princesa deseaba "lo mejor al Automóvil Club de Mónaco, organizador del evento, así como a los pilotos y equipos implicados en esta gran competición automovilística".
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