Igual que Mónaco es un país difícil de comparar, es la segundad ciudad-estado independiente más pequeña del mundo (tras la Ciudad del Vaticano) y a la vez cuenta con el mayor número de grandes fortunas; la familia Grimaldi también tienen una idiosincrasia muy particular. Alberto de Mónaco ha encontrado el equilibrio perfecto entre la tradición y la vanguardia, a la hora de ostentar la jefatura del Estado y también en esos momentos en los que comparte algún momento de su vida privada. En definitiva, los Príncipes de Mónaco terminan el año revelándose como los más rompedores.
Ningún otro miembro de una Casa Real se ha lanzado a compartir su espíritu navideño como lo ha hecho Alberto de Mónaco. Siempre dispuesto a arrancarle una sonrisa a sus pequeños de seis años, los príncipes Jacques y Gabriella, celebró la Navidad con un look que no dejó indiferente a nadie. El soberano improvisó un estilismo "tipo Papá Noel" con una austriaca roja, unas "Crocs" del mismo color y todos los completos del día, incluido un gorro y unas gafas con cuernos de reno.
Las imágenes que se compartieron desde la cuenta de la princesa Charlene mostraron lo “transgresor” del Príncipe, no tanto por prestarse a ese momento, sino por hacerlo público, alejándose así de la tradicional imagen que dan los príncipes y reyes por estas fechas y que invariablemente incluye una imagen sobria de traje y corbata con algún adorno navideño de fondo. Por otro lado, la imagen también ha dejado una segunda lectura, la familiar, ya que muestra la unidad de Alberto y Estefanía de Mónaco, que lejos de celebrar la fiesta cada uno en su casa y en compañía de sus hijos, apuestan por pasarlo todos juntos. Además, es de sobra conocida la buenísima relación que el jefe del Estado tiene con todos sus sobrinos, a los que apoya en sus elecciones personales y los que también le apoyan a él en los momentos clave del Principado.
Otra que ha sabido dar un giro de lo más rompedor a su final de año ha sido la propia Charlene, estrenando un atrevido corte de pelo que nadie se puede imaginar en la cabeza de otra consorte real. La princesa con pasado olímpico ha apostado por una imagen más punk y se ha rasurado al cero media cabeza, dejando una melena más corta con flequillo en la otra mitad. Aunque es habitual que cambie con frecuencia de peinado la sorpresa fue máxima, ya que nunca había arriesgado tanto y su nueva imagen recorrió los medios de toda Europa.
La princesa se hizo este transgresor cambio de look después de haber mostrado una imagen mucho más sobria en el Día Nacional, el pasado 19 de noviembre, y de posar con un estilo más clásico y atemporal en el Christmas navideño junto a su marido y sus hijos. Dada las circunstancias, no parece que Charlene vaya a lucir una de las tiaras de su colección en mucho tiempo, así que este final de 2020 parece un buen momento para probar cosas nuevas.