El pasado 19 de noviembre la familia Grimaldi celebró el Día Nacional de Mónaco más atípico de su historia. El príncipe Alberto adaptó los festejos a la crisis sanitaria y se redujeron al máximo las citas y los aforos. Sin embargo, la tradicional misa en la Catedral de Mónaco y la parada militar en el patio del palacio se mantuvieron y reunieron a buena parte de la familia del jefe del Estado. Las ausencias más destacadas fueron dos: una esperada, la de Carlota Casiraghi, que lleva faltando tres años; y otra totalmente inesperada, la de Estefanía de Mónaco, que siempre apoyaba a su hermano en esa fecha. Ahora, la princesa monegasca reaparece de nuevo.
Fue con motivo de otro día señalado, el 1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que la hija pequeña de Raniero y Grace, que lleva una vida alejada de los focos, reapareció en televisión para dar una pequeña entrevista en directo a Monaco Info. La Princesa volvió quiso recordar la importancia de desestigmatizar la enfermedad y analizó como la COVID-19 había complicado en buena medida la vida de los que la padecen. “Las personas que padecen sida ya están aisladas, y con el Covid-19 el aislamiento ha empeorado por el miedo a infectarse. Están en riesgo. Tienen una segunda espada de Damocles colgando sobre su cabeza”, advirtió.
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Estefanía también aprovechó la ocasión para recordar las iniciativas que están en marcha para recaudar fondos, como un encendido de la iluminación navideña este 4 de diciembre, durante una entrevista para la que se mostró sin rastro de maquillaje y con el pelo recogido en una sencilla coleta. Igual que su hermana, la princesa Carolina, que lució canas durante su aparición en el Dia Nacional, Estefanía ha apostado por una imagen natural y sin intención de ocultar el paso del tiempo.
A sus 55 años la que un día se ganó el apodo de “rebelde” por apostar por un modo de vida que algunos no consideraron propio para una princesa, disfruta desde hace años de una existencia tranquila, centrada en su familia y en sus causas. Sus apariciones se miden a cuentagotas y ha encontrado en su hijo mayor, Louis Ducruet, al mejor representante de su rama familiar. Alberto de Mónaco puede contar con Louis y con su mujer, Marie Chevallier, para todo tipo de actos en el Principado, e incluso ahora, cuando se han asentado en el Reino Unido por motivos profesionales, demostraron su compromiso con Mónaco no faltando a la cita del Día Nacional.