Lleva tiempo entrenando duro para un reto que este fin de semana tiene por delante. La princesa Charlene de Mónaco participará en una carrera de bici acuática, que tendrá lugar este fin de semana, y en el que los participantes tendrán que sortear pedaleando por el Mediterráneo los 180 kilómetros que separan Córcega y Mónaco. Un esfuerzo ímprobo para el que la esposa del príncipe Alberto se ha empeñado a fondo y en el que seguro que su pasado como nadadora olímpica le habrá servido de mucho. A pesar de los duros entrenamientos, la Princesa también ha sacado hueco para hacer un plan de cine con su familia y para disfrutar de unos días de vacaciones.
Esta sorprendente carrera, que se lleva a cabo en una bicicleta que está anclada a los soportes de un catamarán, partirá el sábado del puerto de la localidad de Calvi a las 14:00 horas, aunque la hora está sujeta a las condiciones meteorológicas. Los participantes llegarán a la meta el domingo y serán recibidos en el Yacht Club de Mónaco como auténticos héroes. Su objetivo principal es conseguir donaciones para prevenir los ahogamientos que irán a parar al programa Aprende a nadar y Seguridad en el agua, que la Fundación de la Princesa ha puesto en marcha en todo el mundo.
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Participarán, dos equipos: el Serenity, capitaneado por Charlene, y el Notorious, dirigido por el hermano de la Princesa, Gareth Wittstock, que ejerce el cargo de secretario general de la Fundación. Los cuatro atletas de cada equipo tendrán que hacer frente a una travesía en la que tendrán que luchar contra el viento, la niebla, la lluvia y el oleaje.
Para garantizar que la competición se desarrolla de manera segura, tres catamares acompañarán a las bicis acuáticas durante toda la travesía. Además, un equipo de médicos, socorristas y fisioterapeutas estará preparado para cualquier emergencia. También se darán mascarillas y gel desinfectante de manos y la organización exigirá a cada persona de una embarcación un certificado de que tiene una prueba de coronavirus negativa reciente. El reto podrá seguirse en directo a través de la página web de la Fundación Princesa Charlene.
Las bicicletas acuáticas son ergonómicas y extremadamente estables y pueden alcanzar una velocidad de 13 kilómetros hora. Utilizan un eje de hélice ligero y su sistema de transmisión patentado consta de una correa de fibra de carbono, un eje y un sistema de propulsión que permite a los atletas crear la fuerza de empuje para sus desplazamientos. No requieren combustible y tienen cero emisiones de gases, por lo que no producen impacto en el medio ambiente.
Desde que se creó la Fundación, en diciembre de 2012, más de 730.000 personas, en su mayoría niños, se han beneficiado de los programas de seguridad acuática que se han puesto en marcha. “Desde pequeña y durante toda mi vida siempre he sido consciente de los peligro del agua (…) La carrera de bicis acuáticas entre Calvi y Mónaco va más allá del desafío deportivo porque será una formidable oportunidad para concienciar al público sobre la seguridad en el agua y promover algunos programas”.
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