Quedan solo unos días para que Jacques y Gabriella de Mónaco vuelvan al colegio para comenzar un nuevo curso. Pero mientras llega el momento de reencontrarse con sus compañeros tras meses sin verse -antes de las vacaciones recibieron clases virtuales a causa de la crisis sanitaria-, los príncipes pasan los últimos días de verano al lado de sus padres, con los que han estado en L'Ile Rousse, ubicada en la región de Córcega. En la isla francesa disfrutaban esta semana junto a Alberto de Mónaco y la princesa Charlene de una jornada de cine muy significativa. Protegidos por unas mascarillas con estampado animal y con una pose muy divertida -la princesa saludaba espontánea mientras el príncipe tenía colgado un bolso de rafia redondo- acudieron al preestreno del documental Planète Méditerranée, acto cultural en el que la Familia Real monegasca fue recibida por el Sr. Gilles Simeoni, Presidente del Consejo Ejecutivo de la Colectividad de Córcega y la Sra. Angèle Bastiani, Alcaldesa de Ile Rousse.
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Alberto II de Mónaco, la princesa Charlene y los mellizos pudieron ver en primicia el resultado del documental que será emitido en el canal Arte la noche del 19 de septiembre. Este trabajo narra la expedición científica que, con el apoyo de la Fundación de Alberto de Mónaco y de las exploraciones del Principado, Laurent Ballesta puso en marcha en julio de 2019 al lado de otros tres buceadores con los que viajó desde Marsella hasta Mónaco. El biólogo y fotógrafo estuvo encerrado con sus acompañantes durante 28 días en una cabina presurizada de 5 metros cuadrados, un auténtico desafío. Desde este reducido espacio vivieron una experiencia única gracias a la cual han podido descubrir la riqueza animal y vegetal que esconde el mar Mediterráneo a 100 metros de profundidad. Una expedición sin precedentes que le ha permitido conocer tesoros naturales, nuevas especies y saber más datos acerca del comportamiento de otras ya conocidas.
El día a día de los príncipes
A pesar de que Jacques y Gabriella acuden desde su nacimiento a contados actos con sus padres, lo cierto es que en los últimos meses su agenda pública se ha intensificado y se han convertido en protagonistas de diferentes momentos. A mediados de junio asistían por primera vez desde la pandemia a un acto público. Acudían con Alberto de Mónaco y la princesa Charlene a las 24 horas de Le Mans, una carrera automovilística que se celebraba por primera vez en su historia de manera virtual. Días más tarde, coincidiendo con la noche de San Juan los mellizos saludaban a los monegascos desde el Palacio Grimaldi dando comienzo de esta manera a la temporada estival. Poco después protagonizaban participaban con sus papás en un glamuroso posado para celebrar el noveno aniversario de boda del soberano monegasco y su mujer, un inolvidable enlace que tuvo tres días de duración y reunió a representantes de las diferentes monarquías europeas. Ya en agosto, los niños posaban para el objetivo de Charlene durante una jornada de playa con la que comenzaban sus vacaciones.
Los pequeños príncipes llenan de alegría el hogar familiar. La felicidad de Alberto de Mónaco y Charlene se completó con la llegada de los mellizos -en diciembre cumplirán seis años-, con los que ambos se muestran encantados. De hecho, la mujer del soberano habló el pasado año para Point de Vue acerca de esta experiencia. Se presentó como una madre protectora y reconoció que la crianza “a menudo es agotadora, pero también es muy estimulante en muchas áreas”. Sobre la intimidad de Palacio, Charlene comentaba detalles como que “cuando estamos los cuatro hablamos en inglés, pero Jacques y Gabriella hablan muy bien francés en el colegio”. También explicó cómo es una jornada cualquiera en su familia y cómo se organiza con su marido para poder conciliar. “Por la mañana su padre los lleva a la escuela. Cuando vuelven a casa, mi trabajo comienza y dura hasta el día siguiente. Las tardes son generalmente agitadas. Cuando estoy a solas con ellos, los niños se pelean por ver quien se dormirá con mamá. Les encanta meterse en nuestra cama, así que a menudo nos encontramos allí un poco apretados. ¡Y todo esto sin contar con nuestros dos perros, Poppy y Harley!".