Hace solo unos días, la localidad austríaca de Grünau im Almtal quedó conmocionada después de un suceso en el que se vio envuelto Ernesto de Hannover. El jefe de la Casa Hannover tuvo que recibir asistencia médica e incluso acabó ingresando en una clínica psicológica, pero los acontecimientos no quedaron ahí. Días después su nombre ha vuelto a sonar con fuerza por otro episodio violento de similar cariz. Según consta en las denuncias que se han presentado posteriormente contra él, Ernesto de Hannover quería vengarse de dos policías y llegó hasta el punto de llegar a amenazarles con un bate de béisbol.
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Tal y como revelan medios alemanes como Bunte, tras salir del centro médico en el que había ingresado días atrás, el jefe de la Casa Hannover decidió tomar un taxi que le llevara a la estación de policía de Scharnstein. Allí no se encontraban en ese momento los oficiales que buscaba, dado que no estaban de servicio. Ernesto de Hannover volvió al vehículo y se trasladó hasta una de las calles en la que dos policías vigilaban el tráfico. Al parecer, habría bajado la ventanilla, les habría insultado y las habría amenazado el bate que llevaba para minutos después abandonar el lugar.
Con todo, Ernesto de Hannover ha sido denunciado ante el fiscal por amenazas y puede que esta vez sus acciones tengan consecuencias legales, algo que ya sucedió en la semana previa, cuando se produjo el primero de los polémicos sucesos: dos policías y una ambulancia tuvieron que personarse en el lugar después de recibir una llamada de urgencia en la que se pedía ayuda de forma apremiante. Según el jefe de la Casa Hannover, se encontraba muy mal y se topó con que los dos efectivos se mostraron violentos con él. Sin embargo, el informe de la investigación aportaba datos totalmente diferentes.
Según estos mismos documentos, fue Ernesto de Hannover el que se mostró tajante y les instó a abandonar su propiedad, no sin antes agarrar a uno de los policías y amenazarles con un arma blanca de 30 centímetros de longitud mientras seguía golpeándoles en la cara. El funcionario, por su parte, no habría dudado en defenderse y tiró al suelo al jefe de la Casa Hannover. Finalmente, los servicios médicos que habían acudido al lugar fueron los que determinaron el ingreso de Ernesto en la unidad de psiquiatría del hospital Vöcklabruck. Cuando abandonó el centro, desveló su intención de presentar una demanda contra la policía y los servicios médicos psiquiátricos, aunque en estos momentos la que ha trascendido es la que figura contra él por amenazas.