Hasta el último momento de la noche del martes, los monegascos desconocían si ardería la hoguera en la Palacio Grimaldi como cada noche de San Juan. El evento no se había publicado para evitar multitudes y cumplir así con las precauciones que exige la crisis sanitaria, pero finalmente Alberto y Charlene de Mónaco, con sus hijos Jacques y Gabriella, hicieron su aparición para cumplir con una de las tradiciones del Principado.
A pesar de la discreción con la que se había organizado el evento, unas cien personas, todas ellas con sus mascarillas, se acercaron al Palacio Grimaldi a saludar a la familia y ver cómo a las 20:30 comenzaba a arder la hoguera.
Los príncipes Jacques y Gabriella se convirtieron en los protagonistas. Fue el pasado 14 de junio cuando los hermanos hicieron su primera aparición en un acto público tras la crisis sanitaria, lo hicieron junto a sus padres en la carrera automovilística de Le Mans, que esta vez se celebraba de manera virtual.
No han sido buenos tiempos para Alberto de Mónaco, ni para ningún jefe de estado europeo, que ha tenido que enfrentarse a una situación nueva y gestionar la crisis hasta ahora desconocida. Eso sin olvidar que él mismo padeció el COVID-19 y pasó una larga temporada lejos de los suyos. Por otro lado, solo han pasado unos días desde que el Príncipe se despidiera de su querida prima en un solemne funeral.
Sin embargo, si hay alguien capaz de arrancarle una sonrisa al soberano monegasco ese es Jacques. Padre e hijo muestran una complicidad absoluta en cada una de sus apariciones, una imagen que evoca tiempos pasados cuando un pequeño príncipe Alberto seguía los pasos de su padre, el príncipe Raniero. En cada acto y con cada aparición del Heredero en la vida pública del Principado se puede ver como Jacques asiste a la escuela cada día, un camino que le llevará a tomar algún día las riendas de Mónaco.
“Si Alberto I era el Príncipe explorador y Rainiero III, el Príncipe constructor; Alberto II es el Príncipe de corazones… de mi corazón”, publicó la princesa Charlene hace unos días en las redes sociales de su fundación. Toda una declaración de amor después de un tiempo convulso para la familia. Hay que recordar que para evitar el contagio la Princesa permaneció en la finca de Roc Agel mientras que Alberto se vio obligado a pemanecer solo en el Principado, tiempo en el que estuvo recuperándose del coronavirus y concedió una entrevista Corriere della Sera. “Sueño con volver a ver a Charlene y los mellizos”, dijo el Príncipe al medio italiano.
El próximo 10 de diciembre Jacques, marqués de Baux, y Gabriella, duquesa de Carladès, cumplirán seis años. Siempre muy cariñosos entre ellos, en esta imagen se puede ver como la princesa le pasa el brazo por la espalda a su hermano.
Como en la mayoría de países del mundo, en Mónaco también se vive pendiente de la pandemia. El medio Monaco Matin recogía este miércoles dos nuevos casos de coronavirus tras 18 días sin registrar ningún nuevo contagio. El Gobierno lanzó un mensaje tranquilizador, ya que se trataba de dos casos importados, los tenistas profesionales Grigor Dimitrov y Novak Djokovic. Ambos participaron en un torneo organizado por Djokovic en Serbia, que ahora ha tenido que disculparse. “Siento profundamente que nuestro torneo haya provocado daño”, tuiteó el 17 veces ganador de torneos del Grand Slam.
Las festividades que marcan el inicio del verano se celebraron esta vez de forma discreta, aunque no faltaron dos coreografías en una evento organizado por el Ayuntamiento de Mónaco y que simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad. En un mundo sin COVID-19 las festividades hubieran durado toda la noche en distintos puntos del Principado, sin embargo, la cita de este año terminó aquí.