La pasada semana Alberto de Mónaco daba positivo en coronavirus y desde entonces se encuentra aislado en el Palacio, donde cada día recibe la visita de un médico. En una entrevista concedida a Corriere della Sera asegura que nada más conocer su contagio sintió miedo y pensó en cómo pudo haber contraído la enfermedad, pero que según avanzan los días evoluciona de manera positiva y se encuentra mejor. "Ya no tengo fiebre y la tos ha mejorado", ha dicho el tío de Carlota Casiraghi. Como muestra de ello, sigue encargándose desde casa de sus compromisos profesionales y llama varias veces al día a su mujer, y a sus hijos, Jacques y Gabriella, de cinco años. "Sueño con volver a Charlene y los gemelos la próxima semana", ha reconocido.
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Desde que saltó la alarma de la pandemia, la familia del soberano monegasco decidió trasladarse a la residencia de Roc Agel, la casa en la que los Grimaldi suelen refugiarse en verano, para evitar posibles contagios. "Hablo con Charlene por teléfono varias veces al día, intento calmarla", ha dicho. También se comunica con sus hijos, quienes se entretienen con las tareas que les mandan sus profesores para poder seguir aprendiendo a pesar de que el curso escolar se haya visto paralizado. "Intento hablar con ellos por teléfono, pero no paran, siempre están distraídos con mil cosas como todos los niños, es difícil llamar su atención. Pero cuando hablamos siempre quieren contarme lo que han hecho durante el día", ha explicado el hermano de las princesas Carolina y Estefanía de Mónaco.
En estos días difíciles no solo cuenta con el cariño que Charlene, Jacques y Gabriella le transmiten por teléfono, sino también con el de su hija mayor, Jazmin Grace Grimaldi. La joven, que se abre camino en el mundo de la música, compartía en redes sociales una foto de los dos juntos, muy cómplices y sonrientes, acompañada de tres significativos emoticonos. El primero de ellos, un corazón con el que muestra el gran amor que siente por su padre; el segundo, unas manos juntas rezando por su buena evolución; el tercero, un brazo musculoso que significa fuerza.
El hijo de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly no solo ha cancelado los actos sociales del Principado como el tradicional Baile de la Rosa -que estaba previsto que se celebrara el pasado 21 de marzo-, sino que también ha tomado estrictas medidas para el personal que trabaja a su lado. "En estos días trabajamos con la mitad de personal", ha dicho, consciente de que esa es la única manera posible de evitar la propagación. Además, ha aprovechado para concienciar a la población sobre la importancia de estar confinados en casa. "Yo sé que soy un privilegiado y que estar en una casa normal con hijos es un sacrificio, pero hay que hacerlo", ha puesto de manifiesto.
La realeza
El príncipe Alberto de Mónaco ha sido el segundo miembro de la realeza afectado por el coronavirus. El primero fue el archiduque Carlos de Habsurgo-Lorena, quien ya está recuperado. De hecho, hace escasas horas era su único hijo, Ferdinand, el que transmitía la feliz noticia al lado de una foto de los dos juntos y muy sonrientes. "He echado de menos abrazar a papá desde que fue puesto en cuarentena, pero ha superado el virus y vuelve a estar sano. Un abrazo y ahora vuelve al distanciamiento social", ha dicho el joven, nacido del matrimonio entre el aristócrata y Francesca Thyssen-Bornemisza, hija del barón Thyssen.
Quien también ha dado positivo en COVID-19 ha sido Carlos de Inglaterra, que se encuentra cumpliendo la cuarentena en Escocia. De hecho, la prensa británica especulaba con que el hijo de la reina Isabel II podría haberse contagiado tras coincidir con el príncipe Alberto días atrás en un evento de Water Aid en Londres en el que se debatió sobre el cambio climático y la accesibilidad al agua potable. Una posibilidad que el soberano de Mónaco ha descartado ya que no se dieron un apretón de manos ni tampoco estaban sentados cerca durante la conferencia.
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