El pasado junio Louis Ducruet y Marie Chevallier se convertían en marido y mujer en un enlace civil al que seguía otro religioso en el que brindaron por su felicidad al lado de todos sus seres queridos. Ahora, siete meses después de darse el "sí, quiero", el hijo de la princesa Estefanía de Mónaco y su mujer tienen un importante motivo por el que brindar. Acaban de cumplirse ocho años del inicio de su relación sentimental, cuando comenzaron de esta manera a escribir el futuro de manera conjunta. "Hace exactamente ocho años compartimos nuestro primer beso. El tiempo vuela", ha comentado ella junto a dos emoticonos de un beso y un corazón que tiene en su interior una bonita declaración de amor: "Te quiero tanto, tan fuerte...como nunca antes".
"Celebrando nuestro octavo aniversario. Hemos compartido ya muchos recuerdos pero no puedo esperar a compartir otros muchos que quedan por venir, querido esposo. Te quiero mucho", ha dicho Marie. "Han pasado ocho años desde que estamos compartiendo la vida, ocho años desde que nos convertimos en equipo, ocho años de recuerdos y felicidad. Ahora somos una familia con Pancake y te has convertido en la señora Ducruet. Te quiero mucho", ha comentado el sobrino de Alberto de Mónaco al lado de algunas imágenes de su álbum privado.
La pareja se muestra encantada con el importante paso que han dado al casarse y ambos se sienten como en una nube desde entonces. Ambos están disfrutando al máximo de esta bonita etapa, viajan cuando tienen oportunidad y hacen planes con su mascota, Pancake, un pastor alemán al que consideran uno más de la familia. De hecho, posó junto a ellos en el álbum de su enlace protagonizando unas cariñosas y simpáticas imágenes. Por el momento se centran en vivir el momento aunque no descartan en el futuro ser padres. "Marie y yo estamos en la misma onda. Por el momento no planeamos tener hijos. Todavía somos jóvenes y Marie quiere disfrutar un poco más de su vida antes de tener un bebé. Pero por supuesto está en nuestros proyectos", confesaba el primo de Carlota Casiraghi a la revista Hello Mónaco.
El destino quiso que los caminos de Louis y Marie se cruzaran cuando ambos estaban completando su formación académica. La pareja, que se prometió en febrero de 2018 en Vietnam, contaba en Point de Vue que sus miradas se cruzaron por primera vez en un club de Cannes pero que la chispa surgió cuando coincidieron en la en la escuela de negocios francesa Skema. “Cuanto más tiempo pasaba, me sentía como observada por alguien”, contaba Marie, quien definía su noviazgo como “un amor a primera vista”. “Como los dos somos tímidos nos llevó un tiempo, nos buscábamos, todos lo notaban, pero me llevó seis meses hasta que dimos el primer paso. Así empezó todo”, añadía.
Después, con su relación ya iniciada, decidieron poner rumbo juntos a Carolina del Norte (Estados Unidos), donde se matricularon en la Western Carolina University para que ella estudiara marketing y él se especializara en la rama deportiva. Más tarde se instalaron en Mónaco, donde actualmente tienen fijada su residencia y participan activamente tanto en los actos oficiales del Principado como en los eventos privados de los Grimaldi, familia en la que Chevallier está completamente integrada.
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Era el propio Louis quien explicaba antes de su boda que su madre está encantada con la mujer que ha elegido para compartir su vida: "A ella le gusta Marie, es muy agradable y amable, una persona normal". También sus hermanas se llevan muy bien con Chevallier. "Camille -haciendo referencia a Camille Gottlieb- ama a Marie. Una vez me dijo que si no estaba con ella y estaba con otra no le gustaría esa otra chica", decía sobre. Por su parte, reconocía que Pauline al principio del romance fue un poco distante pero que ahora están muy unidas. De hecho, la joven se encargó de diseñar el vestido de novia que Marie llevó en la Catedral de Nuestra Señora Inmaculada, conocida también como San Nicolás.