Su vida siempre ha estado íntimamente ligada con el mundo de la moda y también con la hípica, pero cuando llegó el momento de completar su formación e ir a la universidad, Carlota Casiraghi no eligió nada relacionado con estas temáticas sino que decidió matricularse en La Sorbona en la carrera de Filosofía, doctrina por la que empezó a sentirse atraída durante la etapa de Bachillerato. La sobrina del príncipe Alberto de Mónaco estaba encantada con su elección, pero tuvo que interrumpir sus estudios y ahora, con la llegada del nuevo año, ha decidido que es el momento perfecto de regresar a las aulas. Ha sido ella misma quien lo ha anunciado ilusionada en una columna que ha escrito en la edición francesa de Elle.
"Acabo de reanudar mis estudios de filosofía, que a los 33 años y con dos niños pequeños ya es bastante fuerte", ha dicho Carlota Casiraghi, quien tendrá que compaginar su carrera con su vida privada, en la que los grandes protagonistas de su día a día son sus dos hijos, Raphaël Elmaleh -nacido a finales de 2013 durante su relación con el actor Gad Elmaleh- y Balthazar Rassam, que llegó al mundo en octubre de 2018, meses antes de dar el "sí, quiero" al padre del niño, Dimitri Rassam. Precisamente con el productor debutó en el cine con Notre-Dame du Nil, película en la que él era productor ejecutivo y ella coproductora. "Lamento haber estado ausente en el set pero tenía una excusa válida: estaba embarazada de Balthazar", ha dicho la hija de Carolina de Mónaco, que no cree que ahora pueda seguir volcada en la gran pantalla. "El corazón de mis actividades profesionales sigue siendo la filosofía, no creo que pueda manejar doce proyectos de cine a la vez como Dimitri", ha aclarado.
A pesar de que tuvo que poner en pausa sus estudios, lo cierto es que Carlota siempre se ha mantenido vinculada a la Filosofía. De hecho, en septiembre viajaba a España para participar en un debate sobre filosofía enmarcado en el Hay Festival, celebrado en Segovia. Robert Maggiori, que fue su profesor en el instituto, y la nieta de Grace Kelly hablaron en su ponencia del libro que escribieron juntos, Archipiélago de Pasiones, un tratado sobre la crueldad, el miedo y el amor. Además, ambos ponen en marcha cada año los Encuentros Filosóficos de Mónaco, creados, según indicaron a El País, con la finalidad de que "cuando sean mayores, a los alumnos de primaria la filosofía no les resulte ajena. Aspiramos a que resuelvan cuestiones que han preocupado a los pensadores durante 25 siglos".
Desde que comenzó a sumergirse en el mundo de la Filosofía, Carlota descubrió que tenía ante sí una auténtica vía de escape de la que habló abiertamente para Vogue. "La literatura y la filosofía me han ayudado a poner las cosas en perspectiva (...). Me han dado la fuerza y el coraje para ser yo misma. Encontré compañeros, me sentí comprendida en las dificultades de la vida. Mientras tuviera la posibilidad de expresarme y pudiera estar en contacto con grandes mentes, me sentía segura. Leer y escribir me han ayudado mucho en la vida. Cuando era joven, recuerdo haber estado muy enojada por alguien que me lastimó, y me dije a mí misma que aunque estuviera en la cárcel o sola, siempre que tuviera una pluma y un papel, y pudiera expresarme, podría liberarme", explicaba.
Carlota Casiraghi, de fiesta en París con sus mejores amigas
Felix Winckler, primer gran amor de Carlota Casiraghi, se casa con una rica heredera
Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam posan juntos por primera vez tras su boda
Esta nueva etapa que ha empezado para Carlota Casiraghi llega después de su boda con Dimitri Rassam. Tras dos años y medio de relación y un niño en común, Carlota y el hijo de Carole Bouquet sellaban su amor el pasado 1 de junio en una ceremonia civil que tuvo lugar en el Palacio Grimaldi, en cuyos jardines los anfitriones ofrecieron para sus familiares y amigos una recepción con un almuerzo informal que tuvo su continuación con una glamurosa fiesta en el Palacio de Vigie, propiedad del fallecido diseñador Karl Lagerfeld. Semanas después, el 30 de junio, volvían a darse el "sí, quiero", esta vez en una boda religiosa mucho más íntima para la que eligieron la abadía de Sainte-Marie de Pierredon, a las afueras de Saint-Rémy- de- Provence, un lugar lleno de significado para la novia ya que vivió allí con su familia después de la trágica muerte de su padre, Stefano Casiraghi.