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Este pasado domingo, hasta setenta mandatarios, acompañados de sus esposas, se reunieron en París para celebrar el primer centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial. Un acto cargado de simbolismo, que también sirvió para ver juntas a las esposas de los jefes de Estado, presidentes y primeros ministros más importantes del país. Entre ellas destacaron Melania Trump, Begoña Gómez o la princesa Charlene de Mónaco. Dos días después del acto principal de este homenaje, la esposa del príncipe Alberto nos ha dejado unas estampas de lo más entrañables de su fin de semana por tierras parisinas, en la que los mellizos del Principado, Jacques y Gabriella, han sido los otros protagonistas de una tarde con Brigitte Macron.
La princesa Charlene ha publicado en su perfil de Instagram unas tiernas imágenes de sus mellizos en el Palacio del Elíseo. Los pequeños, que tienen tres años parecieron disfrutar de lo lindo por los pasillos de la residencia oficial de Emmanuel Macron y su mujer. Madre e hijos fueron recibidos en el patio principal por Brigitte que no dudó en agacharse para dar la mano al heredero al trono monegasco. Jacques, todo un hombrecito con pantalones grises y trenka azul, y Gabriella, con un abriguito rosa. Los pequeños acompañaron a su madre y a la primera dama por Palacio. Jacques jugó con un muñeco de Spiderman, mientras que su hermana se mostró encantada de conocer a una de las mascotas de los Macron, un precioso perro. También Brigitte enseñó los jardines de Palacio a sus huéspedes más jóvenes, desde una de las impresionantes terrazas del Elíseo.
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“El primer viaje de nuestros mellizos a París y té con Madame Macron. Gracias por su hospitalidad ¡Nos encanta París!”, ha escrito junto a las imágenes, la Princesa que, además, agradece al fotógrafo del Palacio del Elíseo que haya tomado tan tiernas fotografías.
Lo cierto es que las redes sociales de la Princesa se han convertido en el mejor diario de cómo Jacques y Gabriella están creciendo. A mediados de septiembre, Charlene publicaba varias fotografías que ilustraban el primer día de colegio de sus hijos. Con vaqueros oscuros, polos blancos y mochila a la espalda, los niños iban de lo más decididos a debutar en su nueva etapa escolar, donde se formarán y se relacionarán con otros compañeros con los que compartir una y mil aventuras. Un importante paso que, en esta ocasión, también han dado juntos, demostrando, nuevamente la excelente relación que mantienen.
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