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Alejandra de Hannover cumplió la mayoría de edad en julio de 2017 y es ahora cuando se conoce que recientemente ha tomado una decisión que la convierte en más “de Mónaco” que nunca. Como hija que es de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, tiene - a diferencia de sus hermanos Casiraghi - título de Princesa, tratamiento de Alteza Real y hasta ahora ocupaba un lugar en la línea sucesoria al trono británico, sin embargo, esto ya no es así.
La revista francesa Point de Vue lleva en su último número una entrevista con el Coronel Luc Frigant, que lleva treinta años en la Compañía de Carabineros del Príncipe, la fuerza militar del principado para la protección del Príncipe Soberano y su familia. El coronel hace un repaso de lo que ha sido su vida al servicio de los príncipes, una profesión que le ha permitido ser testigo de la evolución de la familia Grimaldi, desde la era de Raniero de Mónaco hasta la llegada de las nuevas generaciones.
Fue durante esta entrevista y de pasada, ya que el Coronel estaba hablando de la ceremonia que el Palacio organizó en su honor como muestra de agradecimiento por sus años de servicio, cuando el Coronel mencionó un detalle que tiene más trascendencia de la aparente: “Las princesas Carolina y Estefanía tenían lágrimas en los ojos, eso vale más que todos los discursos del mundo… Lamenté que Alejandra de Hannover, que me eligió como su padrino cuando fue bautizada en la fe católica no pudiera estar allí”.
Así ha sido cómo se ha descubierto la decisión de Alejandra de Hannover de convertirse en miembro de la Iglesia Católica y, se podría decir, en un poco más “de Mónaco”, ya que el Principado es oficialmente católico. En este sentido, hay que recordar que los Grimaldi son católicos pero ella fue bautizada el 19 de septiembre de 1999 Iglesia Evangélica Luterana de Hannover, ya que de lo contrario, se hubiera quedado fuera de la línea de sucesión al trono de Inglaterra, donde ocupaba hasta ahora un lejano puesto tras sus hermanos mayores los príncipes Ernesto Augusto y Christian.
Alejandra, que por parte de padre es descendiente de la reina Victoria de Gran Bretaña, abraza así la religión de su madre, la princesa Carolina, algo que tampoco es una sorpresa ya que ella se ha criado en Mónaco. No es ella la única Princesa que ha tomado esta decisión. Poco después de su boda, en julio de 2011, fue la princesa Charlene la que después de haber nacido y de haberse criado en el protestantismo se convirtió al catolicismo romano. Entonces se dijo que era una decisión tomada por varios factores, en parte porque es la religión de la familia Grimaldi, también se señaló a una cuestión sucesoria pero se dejó claro que el factor fundamental fue su propia voluntad.
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