El pasado julio el príncipe Alberto se veía obligado a aligerar su agenda oficial por un “estado de fatiga”, sin embargo, ya se siente preparado para afrontar las que serán las primeras vacaciones familiares de “larga distancia”. Jacques y Gabriela ya están preparados para su primer viaje exótico.
"Serán unas vacaciones de natación y ambiente marino. Haremos una parada en el camino porque de lo contrario es un vuelo bastante largo para los niños. Estamos yendo hacia el Oeste y tengo ganas porque va a ser genial y necesito un descanso”, cuenta el Príncipe durante una entrevista a People a la que no revela el destino familiar pero sí que es “bastante lejos” y “tropical”.
Alberto de Mónaco se ve obligado a aligerar su agenda oficial por un 'estado de fatiga'
Alberto y Charlene de Mónaco, perfectos anfitriones del Baile de la Cruz Roja
¿Un viaje largo con dos niños de tres años y medio puede ser relante? A esta pregunta Alberto de Mónaco responde con humor: “Ya me tomo un par de horas al día para ir a nadar con ellos, así que sé lo que me espera. Créame: estar con ellos supera una reunión de gabinete de tres horas”. Unas declaraciones que van en la línea de las últimas que hizo la princesa Charlene en las que advirtió que los mellizos tienen mucha energía.
Ahora el Heredero del Principado, el marqués de Baux, y su hermana, la condesa de Carladès, viven una nueva aventura: cambiar las aguas de la Costa Azul por las de un destino tropical. Un viaje que va a servir también a los Príncipes para recargar las pilas, especialmente para el príncipe Alberto después del susto del pasado mes. “Todo ha vuelto a la normalidad. Estaba un poco cansado. Ha sido un año ocupado, especialmente mayo y junio con muchos compromisos distintos y muchos viajes”, explica Alberto II a la citada publicación estadounidense. “Diez horas de reuniones al día es algo habitual para mí y luego añades pequeños viajes aquí y allá, más tres o cuatro eventos por noche. Haces eso un par de meses y al cabo de un tiempo acaba siendo demasiado”, añade.
Durante diez días el soberano monegasco aligeró su agenda y solo acudió a un par de citas, una de ellas el tradicional Baile de la Cruz Roja que este año además celebraba su aniversario: siete décadas desde que Raniero y Grace la pusieron en marcha como parte de ese proyecto que convirtió a “La Roca” en uno de los países más glamurosos de Europa.