No ha cumplido los cuatro años pero Gabriella de Mónaco ya ha encontrado al 'amor de su vida'
La princesa Charlene ha concedido una entrevista en la que describe la forma de ser de sus mellizos y el increíble vínculo que les une
El pasado 1 de julio celebró su séptimo aniversario de boda. Mucho ha cambiado la vida de Charlene de Mónaco desde ese esperadísimo “sí, quiero” al príncipe Alberto que concentro en el Principado la atención del mundo. En estos siete años, convertida en Princesa, ha puesto en marcha una fundación, se ha convertido en la mejor aliada para el soberano monegasco y ha tenido a los príncipes Jacques y Gabriella. Dos príncipes con personalidades distintas pero con un vínculo único.
“Jacques es muy reservado, seguro de sí mismo pero le gusta tomarse el tiempo necesario para hacer las cosas, observar sin que nadie le presione. Gabriella, en cambio, no tiene miedo de nada, con ella siempre es ‘adelante con todo’”, afirma la Princesa en las páginas de la revista francesa Point de Vue. “Una cosa está clara, Jacques es su mejor amigo, el amor de su vida”, añade Charlene revelando la extraordinaria relación que tienen los hermanos, un amor que quizá solo puedan entender aquellos que tengan mellizos o gemelos.
“Ni Alberto ni yo nos podemos inmiscuir en su relación, ellos son independientes y toman sus propias decisiones juntos. A veces nos dicen que no, tanto a su padre como a mí, incluso se enfadan y en esos casos nos preguntamos qué estamos haciendo mal. Sin embargo, Jacques y Gabriella son fuertes juntos y eso tenemos que aceptarlo”, explica Charlene.
El próximo 3 de diciembre cumplirán los cuatro años y lo hacen mirando ya al futuro. “Los criamos con el fin de que estén preparados para las responsabilidades que les esperan, es un trabajo muy importante que Alberto y yo nos tomamos en serio. Jacques y Gabriella conocen ya su extraordinario legado”, afirma la Princesa. No cabe duda que el marqués de Baux, llamado a suceder a su padre en el trono, encontrará en condesa de Carladés a la mejor aliada posible. Igual que en su día, tras la dura pérdida de Raniero, Alberto encontró en sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía, grandes apoyos. Mientras tanto todavía hay un largo camino de juegos, abrazos y sonrisas con esa unión que en varias ocasiones incluso se ha visto frente a las cámaras. Están hechos el uno para el otro.