Andrea Casiraghi se lleva a su hijo Sasha a las carreras
Estuvo con su tío Alberto, su hermana Alejandra y su hermano Pierre, que también ha sido papá recientemente
Mónaco se vistió con el mono deportivo para una de las citas imprescindibles de la temporada. La 73º edición del Gran Premio de Fórmula 1 reunió en Montecarlo a un buen número de rostros conocidos, entre los que por supuesto no faltaron los miembros de la familia Grimaldi, habituales de esta cita. Además del príncipe Alberto y su mujer Charlene, que fueron los encargados de entregar el premio final al piloto Daniel Ricciardo, estuvieron animando a los pilotos y disfrutando del espectáculo Andrea y Pierre, hijos de Carolina de Mónaco, que se unieron a su hermana Alexandra, que fue con su novio Ben-Sylvester Strautmann, en esta reunión.
Se pudo ver además a otro de los miembros de la familia, uno que no es habitual en este tipo de ocasiones pero que acaparó buena parte de las miradas. Y es que Andrea Casiraghi llevaba de la mano a su hijo mayor Sasha, que tiene ya cinco años (nació en marzo de 2013). El pequeño, todo un hombrecito con traje y corbata, estaba muy interesado en las explicaciones de su padre, que estuvo en todo momento pendiente de él. Como es propio en un niño de su edad, Sasha estuvo mirando con curiosidad todo a su alrededor y no se perdió detalle de esta “aventura” nueva para él.
En casa se quedaron su madre, Tatiana Santo Domingo con sus hermanos, India (nació en abril de 2015) y el recién nacido Max Rainier, que vino al mundo hace solo un mes, el 19 de abril. También Pierre acaba de ser padre, en este caso por segunda vez –su primogénito se llama Stefano y tiene poco más de un año- y también de un niño llamado Francesco Carlo Albert (nació el 21 de mayo). Un baby boom al que pronto se unirá su hermana Carlota, que espera su primer hijo en común con Dimitri Rassam.
Se captó además una espontánea imagen de Charlene cuando entregaron la copa al ganador y es que la mujer del príncipe Alberto no dudó en agitar la botella de champán con la que se celebra la victoria. Y no solo eso sino que bebió un sorbo directamente de la botella ante la divertida mirada de su marido, que la imitó después. ¡Era un día de fiesta y había que celebrarlo!