Hay algo que ha llamado especialmente la atención durante las últimas apariciones públicas del príncipe Alberto de Mónaco. Y no se trata de su enorme sonrisa junto a sus hijos, Jacques y Gabrielle, en el tradicional pícnic veraniego, ni de sus gestos de cariño con la princesa Charlene en la Gala de Montecarlo para el oOéano, sino más bien de algo relacionado con su look. El príncipe monegasco ha cambiado ligeramente su imagen, un pequeño pero significativo detalle que bien podría ser un guiño a su padre, el fallecido Rainiero de Mónaco.