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La noche del glamour en Nueva York, la tradicional entrega de premios Princesa Grace, presidida por Alberto y Charlene de Mónaco, ha tenido otros grandes protagonistas aparte de la pareja principesca: Mar Flores y Elías Sacal que, apenas unas semanas después de que ¡HOLA! descubriera en la ciudad del amor su relación, han posado juntos por primera vez en público entre príncipes (reinantes), estrellas (del star-system) y diosas (de la pasarela) en la internacional ocasión de gala.
Tal y como pudimos conocer en su momento través de la revista, la modelo, diseñadora y bloguera de HOLA.com y el empresario mexicano empezaron a salir a principios de septiembre, pero no se supo hasta que se les fotografió en su viaje a París, donde Mar acudió como invitada a la fiesta Aquazzura, organizada por Naty Abascal. Durante su estancia almorzaron juntos y luego dieron un paseo por el centro de la capital francesa de la mano. Siguen paseando su amor y recorriendo mundo, ahora han hecho parada en la Gran Manzana, donde los gestos de complicidad se multiplican con miradas directas a los ojos y con sonrisas solo del uno para el otro, ajenos al resto de la gente.
Custodia y residencia familiar compartidas
Esta dolce vita es posible gracias al convenio de divorcio que Mar Flores y su exmarido, Javier Merino, han alcanzado. Como adelantó días atrás la revista ¡HOLA! en exclusiva, la expareja ha firmado los documentos que disuelven su unión, por lo que el divorcio ya es oficial. Ha sido de mutuo acuerdo, lo que implica que no tendrán que enfrentarse en los Tribunales, y la custodia de sus cuatro hijos en común será compartida.
La casa familiar seguirá siendo el hogar de los niños, por lo que serán Mar y Javier lo que se turnarán para estar con ellos, mientras que sus hijos no tendrán que cambiar de residencia. El hecho de que hayan acordado la custodia compartida implica que ambos se hacen cargo de los gastos familiares al cincuenta por ciento. Tal y como informaba ¡HOLA! además, el convenio no establece compensación económica para ninguna de las partes, ya que ambos tienen sus propios ingresos.
Como requería una velada con la realeza, la elegancia de Mar Flores reinó, al igual que su evidente felicidad, con un look exclusivo de Tot-Hom Alta Costura 2016, compuesto por un pantalón palazzo de crepé azul marino y un crop top de terciopelo azul marino decorado con strass y pedrería bordada a mano. Y es que el glamour de la recordada princesa Grace sigue más vivo que nunca precisamente en esta cita. Charlene de Mónaco ha tomado su testigo, que lleva siempre a mucha honra, pero con especial intención y aprecio en esta entrega de premios que año tras año, bien el Principado, bien en Nueva York, rinde tributo al legado de la princesa Grace en las artes.
La princesa Charlene hizo lo propio que su predecesora y, en su gala, volvió a convertirse en la protagonista perfecta, que no en la protagonista absoluta como suele ser lo habitual, con un vaporoso vestido blanco con bordados silvestres de Christian Dior Couture, la firma que patrocina estos galardones en reconocimiento al talento emergente en teatro, danza y cine a través de becas, pasantías y cursos de formación. Coronaban el atuendo unos fabulosos pendientes chandelierde brillantes y su rouge en los labios. Nada más. También el príncipe Alberto estaba impecable con su esmoquin negro y sus gafas de pasta a tono.
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El Príncipe de Mónaco y su princesa, que volvía a la vida oficial por todo lo alto después de algunas semanas de ausencia, llegaron del brazo a Cipriani 25 en la Gran Manzana para presidir la tradicional ceremonia, que distribuye alrededor de 820.000 euros a los artistas para ayudarles a perseguir sus metas. La top Naomi Campbell, el diseñador Tommy Hilfiger y su mujer, Dee; la modelo Victoria Silvstedt, la actriz Rose Leslie de Juego de Tronos... les acompañaron esta noche de celebración de las artes en el incomparable marco del Great Hall, un salón neorrenacentista diseñado por Benjamin Wistar Morris y terminado en 1921, que incluye columnas de mármol, magníficos suelos de marquetería y murales pintados por Ezra Winter. Estrellas (del star-system), diosas (de la pasarela) y una pareja que hacía su presentación oficial.
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