Beatrice Borromeo no perdió la paciencia, pero desde luego no le resultaría fácil. La Condesa se quedó atrapada en su Smart durante una de sus salidas en coche por Milán. Estacionó a priori en buen sitio y Beatrice se fue a hacer el recado que la había llevado al centro de la ciudad italiana, pero a su regreso encontró que a su vehículo lo retenía una furgoneta que tenía que descargar mercancía. Entonces la mujer de Pierre Casiraghi comenzó a tocar la bocina para llamar la atención al conductor, pero fue en vano. Finalmente decidió entrar en su coche y esperar... Después de varios minutos llegaron los dos chicos que estaban terminando las entregas, Beatrice Borromeo, con gafas de sol (tal vez para salvaguardar su anonimato), bajó la ventanilla pidiéndoles que movieran el camión para permitirle salir e irse al fin de allí.
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Beatrice Borromeo tiene su sede de operaciones en Italia, pero viaja donde sea para acompañar a su marido en sus grandes retos. Este verano fue a Mallorca para celebrar su trofeo en la Copa del Rey de Vela y hace tan sólo unos días estuvo en Mónaco con Pierre Casiraghi, que como patrón del CG32 Malizia presentaba a su tripulación. Invitó a jóvenes navegantes de la sección de deportes del Club de Yates monegasco para una reunión con su equipo, mascota incluida, el perro pastor alemán Uma. Después de una charla con los pequeños marineros invitados y una foto de recuerdo frente a la Fórmula 1 de los mares, Pierre y su tripulación llevaron a bordo a los chicos en pequeños grupos. Todo ante la mirada de orgullo de su tío, Alberto de Mónaco, y por supuesto de su mujer, Beatrice Borromeo, que nunca falta en las ocasiones claves.