Carlota Casiraghi ha regresado a París. Hace apenas cinco meses, la hija de la princesa Carolina se trasladaba a Roma para vivir con el director de cine Lamberto Sanfelice. Parecía el comienzo de una nueva vida en una nueva ciudad, pero a la vuelta del verano... ha hecho el mismo recorrido en sentido inverso: ha dejado Italia y ha vuelto, sobre sus pasos, sin razón aparente, a Francia. El motivo de esta segunda mudanza en menos de medio año es una causa mayor: su hijo. Cuenta la prensa italiana que Carlota quiere que su pequeño Raphaël, que comienza ahora la escuela, reciba su educación allí según lo acordado con su padre, Gad Elmaleh.
Por el momento no se sabe si Sanfelice también hará las maletas por amor como Carlota en su día y si se unirá a ella y a su hijo en unos meses en París, pero sí consta que viaja a la ciudad con relativa frecuencia para verlos. Ambos ya hacen vida normal en la capital gala. La sobrina de Alberto de Mónaco, que se ha instalado en su antiguo domicilio, el apartamento que durante algún tiempo compartió con Gad, ha comenzado a asistir a sus primeros compromisos parisinos tras su cambio de residencia, como a la inauguración de la exposición Echos en la que coincidió el fin de semana con Salma Hayek y en la que su perfil se convirtió en la imagen más buscada.
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Carlota concede muy pocas entrevistas, no habla jamás de su intimidad y sus confirmaciones o se leen entre líneas o llegan cuando ya se hacen evidentes. Este verano, el primero que pasaba junto a Lamberto Sanfelice, la hija de Carolina de Mónaco desataba una vez más los rumores de embarazo. Sin embargo, en esta ocasión, cobraban fuerza al ver a la bella de Mónaco no solo con una silueta algo más hinchada de lo habitual, sino luciendo además el mismo bañador con el que vistió su primer embarazo tal y como mostraba en agosto de 2013 la revista ¡HOLA! en portada.