Un año más, el Principado de Mónaco ha celebrado su tradicional picnic y, por segunda vez, el príncipe Jacques ha estado entre los invitados. Ya acudió el año pasado, junto con su hermana Gabriella, pero si bien esta vez la princesa no ha podido asistir, Jacques se ha encargado de acaparar todo el protagonismo.
Los hijos de los príncipes Alberto y Charlene vinieron al mundo el 10 de diciembre de 2014, y desde entonces se han convertido, sin duda, en lo más importante para ellos. No hay más que ver las caras de los orgullosos padres en las imágenes de este evento, especialmente de Charlene, que se derretía con su hijo, quien iba vestido con los colores de la bandera nacional (blanco y rojo).
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Pronto cumplirá dos años, y cada vez que le vemos acompañando a sus padres en un nuevo compromiso de su agenda, nos sorprende lo mucho que ha crecido. Jacques se ha convertido en un rubísimo principito de enormes ojos azules que enamoró a todos los presentes en el picnic. Muy pendientes de él, los príncipes monegascos no le quitaban ojo, y Charlene no podía contener la sonrisa cada vez que miraba a su niño.
También estuvo allí la princesa Carolina, muy elegante con una camisa blanca con rayas rojas y pantalones palazzo. Por su parte, Charlene optó por un favorecedor vestido entallado color crema de manga larga con estampado floral. Lo combinó con zapatos de tacón negros, pintando sus labios de rojo.
El cuidado del príncipe Jacques -que ocupa el primer puesto en la línea de sucesión al trono monegasco-, y su hermana, la princesa Gabriella, supone una auténtica maratón para sus padres, que, tal y como revelaba Charlene en una entrevista hace unos meses, deben transmitirles los "deberes y responsabilidades" con los que nacieron. Se definió como una "mamá a tiempo completo" y, sobre sus hijos, explicó que "son muy similares" pero, a la vez, "bastante diferentes".