Si de algo pueden estar tranquilos los príncipes Alberto y Charlene es que hasta que sus mellizos, Jacques y Gabriella, tengan edad para asumir su papel dentro del Principado, hay una generación de "Grimaldis" que están listos para ser los mejores representantes de Mónaco. Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo cada día toman más protagonismo, pero no son los únicos... ¡Los hijos de la princesa Estefanía y sus respectivas parejas salen a la luz!
Hace solo un día que HOLA.com publicaba que Pauline Ducruet y su novio, Maxime Giaccardi, habían celebrado el Día Nacional de Mónaco en el Consulado de Nueva York, como unos auténticos "embajadores" de su país en Estados Unidos. Horas después y estaba vez en el corazón del Principado ha sido su hermano, Louis Ducruet, el que ha tomado protagonismo.
Paulina Ducruet y su novio, embajadores de Mónaco en Nueva York, ¿un paso más en su relación?
El más desconocido de la familia ha acudido a apoyar a su madre en una velada –la tradicional gala benéfica que organiza su madre para la lucha contra el SIDA, uno más de los actos que se llevan a cabo estos días en Mónaco para recaudar fondos y promover el trabajo de su fundación, Fight Aids- y ha aprovechado para presentar a su compañera, Marie Chevallier, la belleza que desde hace un tiempo le acompaña y con la que por primera vez posa ante las cámaras.
A sus 23 años el hijo mayor de Estefanía siempre se ha mantenido en un segundo plano haciendo de la discreción su forma de vida. Apasionado de las artes marciales, del fútbol, siempre fiel al equipo de Mónaco y a los compromisos deportivos del Principado, Louis estudio en la escuela de negocios SKEMA, en Francia y se especializó en gestión deportiva en la Universidad Western Carolina. Las mismas aulas en las que se formó su acompañante, con la que se dejó ver con las manos entrelazadas en los dos enlaces que celebraron Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo el pasado verano.
Precisamente fue con este matrimonio, el formado por el hijo mayor de Carolina de Mónaco y la periodista italiana, con los que compartieron mesa. Beatrice y Pierre hacían esta aparición en Mónaco una semana después de que el medio italiano Oggi despertara el rumor de que el matrimonio podría estar esperando a su primer hijo. Sin embargo, no hay nada que lo confirme, ni que lo desmienta y la Condesa se dejó ver con su figura habitual, muy esbelta, con un vestido negro y un ceñido abrigo de doble botonadura con puños y solapa en color frambuesa.
Junto a las dos parejas, representantes de una nueva generación que apunta a que el futuro de Mónaco podría tener aún más brillo que el pasado, la anfitriona de la noche, la princesa Estefanía, que estaba radiante y feliz a en una sus citas fundamentales del año, la que promueve desde su fundación y en la que se subastaron obras de arte. Como se puede ver en las fotografías que el Palais Princier de Monaco ha compartido en su página de Facebook del evento que tuvo lugar en el hotel Méridien, Pierre Casiraghi no se resistió a pujar en la subasta. ¿Qué se habrá llevado a casa?