Otoño llega y Carlota Casiraghi, referente del nuevo glamour de Mónaco, asume puntual el cambio de estación con el consecuente cambio de armario y, aún más, hasta con cambio de imagen. Mientras el resto de los mortales lucen ojera y pintillas en estaciones y aeropuertos, la hija de Carolina de Mónaco paseaba estilo como otro día cualquiera por el aeropuerto de Milán con los que seguro habrán de convertirse en los must de la nueva temporada: el clásico trench en el más novedoso negro, el bolso tamaño XL tipo cartera y el fular parisino, sin olvidar por supuesto el toque chic con minijoyas exquisitas, como el colgante con forma de corazón de la firma Montblanc. Completaban su estilismo para una jornada de vuelo los siempre cómodos vaqueros y deportivas blancas.
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Carlota Casiraghi, que se perdió la primera fiesta del nuevo curso con ocasión de la Semana de la Moda en Londres, probablemente para asistir a algún compromiso de trabajo en la meca de la moda italiana, también se ha preparado para la caída de la hoja (y del pelo) cortándose la melena varios centímetros. A la altura del hombro y recta: sin capas, ni flequillo, ni desfilados. La hija de la princesa Carolina se suma así a la corte de damas reales que ya han pasado por la tijera, como la Reina, que sorprendió la pasada primavera con un bob; la Duquesa de Cambridge, que hace escasos días volvía a lucir flequillo, y Marie de Dinamarca, que siguió el ejemplo de doña Letizia poco después que ella, si bien desfilándose la parte delantera. Otoño llega, pero no cogerá a Carlota desprevenida. Ya está lista para la rentrée.
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