Si sus apariciones en las tradicionales citas de palacio son escasas, sus visitas a los platos de televisión son insólitas y sus entrevistas son raras de verdad. Porque Estefanía de Mónaco no abandona su refugio por muchas ofertas que reciba y cuando la Princesa interrumpe su retiro y habla es porque tiene que dar un mensaje: “Soy una persona bastante discreta, pero salgo de mi escondite por buenas causas”, explicó el lunes pasado en una de esas contadas excepciones en el programa de televisión C à Vous, de la cadena France 5.
La Princesa charló durante los trece minutos de entrevista con la presentadora del programa, la periodista Stéphane Bern, de la vida que la ha llevado a convertirse en la Estefanía de hoy; de la crisis económica mundial que “nos afecta a todos” y, con mayor vehemencia, de sus causas solidarias: la lucha contra el sida y, su última batalla de carácter político, la protección de los elefantes, especialmente de dos bebés elefantes del Nepal amenazados de eutanasia. Estefanía de Mónaco ha tenido que intervenir para evitar la muerte de varios ejemplares de elefantes java, supuestamente delicados de salud, de los que, a su parecer, el alcalde de Lyon quiere deshacerse. La Princesa quiere realizarles las pruebas veterinarias pertinentes para comprobar si se encuentran enfermos de verdad y si se justifica su eutanasia. La periodista le dijo que nunca la había visto tan comprometida a lo que ella respondió: "No puedo soportar ninguna injusticia".
"He vivido bastantes vidas en una"
La Princesa, enviada especial del programa de la ONU contra el VIH (UNAIDS) y presidenta de la fundación contra el sida Fight Aids Monaco, recordó también cómo había comenzado su lucha a raíz de enterarse que un amigo suyo, que no veía desde hacía tiempo, estaba muy deprimido por sufrir esta dolencia. Desde entonces se dedica en cuerpo y alma a combatirla y a ayudar a quien padece la enfermedad a tener una vida más digna, sin miedo a la estigmación, con la creación de un hogar para ellos. Los numerosos agradecimientos que recibe por ello le animan a continuar. Ahora la vida de otros es su vida. Pero la suya ha sido también muy intensa: “He vivido varias vidas en una. Me gusta la vida con todo lo que me aporta y aprovecho cada instante. Acabe bien o mal… Sin pesares”.