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Los Grandes Duques de Luxemburgo están viviendo unos meses de lo más intensos. El pasado mes de mayo se convirtieron en abuelos de nuevo, por quinta vez, dado que su heredero Guillermo dio la bienvenida a su primer hijo junto a Stéphanie de Luxemburgo. Pero, además, Enrique y María Teresa de Luxemburgo han disfrutado de un verano atípico, como todos, por la crisis sanitaria del coronavirus, pero que han aprovechado hasta el último momento, llegando al punto de poner un broche perfecto a este período estival con una inversión inesperada.
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© GtresonlineHace solo unos días, el matrimonio se desplazó hasta el País Vasco francés, concretamente hasta la localidad de Biarritz. En este lugar habían quedado con la diseñadora Anelore Prats, que acababa de presentar su última colección inspirada en los kimonos japoneses. La propia María Teresa de Luxemburgo decidió apoyar a la modista en la inauguración y no encontró mejor forma que luciendo una de sus creaciones originales.
Durante el encuentro, los Grandes Duques recorrieron el estudio y el taller de la creadora, conocieron algunas de las obras conceptuales de artistas locales, departieron con la alcaldesa de Biarritz, Maider Arosteguy, y compartieron una importante noticia. Según explicó María Teresa de Luxemburgo, hace dos años ella y su marido descubrieron los encantos de Biarritz -de hecho en alguna ocasión se han dejado ver en las sesiones de talasoterapia del Sofitel Biarritz Le Miramar Thalassa Sea & Spa -.
© Ville de Biarritz"La gente es muy acogedora y genuina aquí. Mi marido y yo podemos aspirar a una vida normal, incluso si algunas personas nos reconocen por la calle se comportan de manera discreta", comentó durante la conversación mantenida con la diseñadora. "Es una tierra muy acogedora para todo el mundo", añadió por su parte Enrique de Luxemburgo.
© Ville de BiarritzPor todo ello no es de extrañar que la pareja haya decidido adquirir un apartamento con vistas al mar en la zona. "Nos mudamos el lunes, todo está muy reciente. Es nuestra escape secreto para dos", prosiguió la Gran Duquesa, que dejó claro que todavía tienen obligaciones y mucho trabajo en Luxemburgo, sobre todo Enrique de Luxemburgo, por lo que su residencia permanente aún dista de que sea Biarritz, pero que dentro de unos años no descartan instalarse definitivamente en este enclave del País Vasco francés.
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