La familia Gran Ducal se ha volcado con la visita del Papa Francisco a Luxemburgo. Los grandes duques Enrique y María Teresa, acompañados por sus hijos y sus nietos, han participado en una audiencia en la que los pequeños de Palacio han sido las estrellas, con su espontaneidad y naturalidad que ha conquistado al Santo Padre, quien no ha podido resistirse a darles muestras de cariño.
Los Grandes Duques han recibido al Papa a pie de aeropuerto y después se han dirigido a la tribuna de autoridades para recibir los honores, junto con el primer ministro, Luc Frieden. Después, Enrique y María Teresa de Luxemburgo han acompañado a su ilustre invitado hasta el Palacio, donde el Pontífice ha firmado en el libro de honor.
En otro salón de Palacio, la extensa familia del monarca luxemburgués ha conocido al Papa Francisco en una divertida reunión donde los nietos de Enrique y María Teresa han protagonizado las imágenes más tiernas y divertidas. El Papa parecía encantado con los jóvenes royals y les ha tocado la cabeza mientras no paraba de sonreir, ha charlado con los más mayores y ha conversado animadamente con sus anfitriones en una cita que ha transcurrido en un clima de alegría y cercanía.
La simpatía del príncipe François
Especialmente simpáticos han estado los príncipes Charles, de 4 años, y François, de uno, los pequeños del príncipe Guillermo y Stéphanie. Escondido tras una silla, el futuro heredero en un primer momento se ha mostrado reacio a saludar al Papa, mientras su hermano pequeño, sin ser consciente de la situación estaba mucho más cercano. También los nietos mayores de los Grandes Duques fueron presentados al Santo Padre, quien se interesó por ellos.
En último lugar, todos juntos posaron en una bonita imagen familiar para la historia junto con el Pontífice. Este es el segundo Papa que visita Luxemburgo de manera oficial. El primero que lo hizo fue Juan Pablo II el 15 y 16 de mayo de 1985, cuando el gran duque Juan y la gran duquesa Josefina Carlota, padres del actual monarca, lo recibieron en una cita en la que también estuvo un jovencísimo príncipe Guillermo. Está previsto que Francisco entregue la Rosa de Oro a la estatua de Nuestra Señora, con motivo del 400 aniversario del Jubileo Mariano.