Enrique de Luxemburgo ha dado un importante paso que marcará el futuro del ducado, ceder sus funciones a su hijo Guillermo a partir del mes de octubre. Así lo ha explicado durante un discurso enmarcado en las celebraciones del Día Nacional de Luxemburgo en la Filarmónica de la ciudad. A continuación, reproducimos íntegramente el comunicado con el que han hecho oficial esta decisión - que simboliza el inicio del cambio de reinado - y tras el cual padre e hijo se han fundido en un abrazo entre los aplausos de los allí presentes
"El gran duque Guillermo, asumirá las funciones de Jefe de Estado en octubre como representante (lugarteniente-representante). Con todo mi cariño y confianza les deseo la mejor de las suertes. Debemos mirar al futuro con optimismo, sabiendo que juntos podemos lograr grandes cosas".
Esto no implica que el gran duque Enrique vaya a abdicar de manera directa, sino que delega sus poderes, de manera temporal o permanente, en su primogénito que asumirá el papel de lugarteniente-representante. Antes de ejercer estos poderes, el príncipe heredero Guillermo tendrá que prestar juramento de defender la Constitución. Tal y como ha afirmado el primer ministro Luc Frieden, Enrique no perderá su título en este proceso. “El teniente representante es el representante del gran duque, lo que significa obviamente que el gran duque sigue siendo el gran duque, pero puede delegar algunas tareas”.
Una decisión que va muy acorde con las declaraciones que el gran duque Enrique hizo en la entrevista que concedió en el programa Place Royale de RTL el pasado mes de abril con motivo de su 69 cumpleaños. “Creo que es muy importante dar una oportunidad a los jóvenes. La transmisión y la confianza son dos elementos esenciales en mi relación con mi hijo. En algún momento pienso retirarme. Eso es evidente”, confesó cuando le preguntaron sobre la posibilidad de abdicar dando paso a una nueva etapa en la que podrá pasar más tiempo junto a su mujer, la gran duquesa María Teresa, sus cinco hijos y sus ocho nietos.
De esta manera, se repite la historia reciente de Luxemburgo. Cabe recordar que el 4 de marzo de 1998 el gran duque Enrique se convirtió en lugarteniente-representante, cargo que le confiere poderes en determinadas competencias tras prestar juramento de defender la Constitución, mismo rol que va a asumir su hijo Guillermo a partir de octubre. Finalmente, en el año 2000, cuando su padre, el gran duque Juan, cumplió 79 años, Enrique ascendió al trono.
El príncipe Guillermo, que actualmente tiene 42 años, está casado con Stéphanie de Luxemburgo y son padres de dos niños: Charles (3) y Francois (1), que ocupan el segundo y tercer puesto respectivamente en la línea sucesoria.