Una semana después de que se dieran el 'sí, quiero' por lo civil en el Ayuntamiento de la Ciudad de Luxemburgo, la princesa Alexandra y Nicolas Bagory han vuelto a prometerse amor eterno en una de las localidades más bellas de la Provenza francesa, la comuna de Bormes-les-Mimosas. La ceremonia religiosa ha sido oficiada por el obispo de Frejus-Toulon, Dominique Rey, y se ha celebrado en la Iglesia de Saint-Trophyme, a tan solo quince minutos en coche de la residencia privada de verano que los Grandes Duques Enrique y María Teresa tienen en Cabasson.
- Alexandra de Luxemburgo y Nicolas Bagory se dan el 'sí, quiero' en una íntima ceremonia
El novio, muy nervioso y sin poder dejar de sonreír, ha llegado junto a su madre, que estaba muy elegante con un traje aguamarina con mangas transparentes y bordados florales en diferentes colores pastel. Muy aplaudido ha sido también el diseño elegido por la madre de la novia, la Gran Duquesa, que ha causado sensación con un mono negro con una gran flor de color verde en el hombro derecho que hacía también de chal cayendo sobre el brazo.
- Quién es quién en la Familia Gran Ducal
Entre los primeros invitados hemos visto a los hermanos pequeños de la novia, el príncipe Luis y el príncipe Sebastián, que han llegado de lo más sonrientes. En el caso de Louis, lo ha hecho acompañado de sus dos hijos, Gabriel, de 17 años, y Noah, de 15, que nacieron fruto de su relación con Tessy de Luxemburgo, de la que se separó en 2017.
Después llegaban Félix de Luxemburgo y la princesa Claire, que ha llamado la atención con un espectacular vestido rojo de Zuhair Murad. El segundo hijo de los Grandes Duques y su esposa han posado con sus hijos: Amalia, que ya tiene nueve años, y Liam, de siete. Minutos más tarde hemos visto al príncipe Guillermo, futuro heredero del Gran Ducado, y su esposa, Stéphanie de Lannoy. El matrimonio es padre de dos niños, Charles, de dos años, que iba en brazos de su padre, y el pequeño François, que vino al mundo hace tan solo un mes y, por eso, no ha asistido al enlace de su tía.
La ceremonia estaba prevista para las 16:00 horas y la novia ha llegado tan solo con 18 minutos de retraso. Muy emocionada y feliz, la princesa Alexandra ha caminado del brazo de su padre bajo una lluvia de flashes, aplausos y vítores. Para su gran día, ha elegido un diseño con un original escote entrelazado y una larga cola redondeada, además de un velo muy poco tradicional que llevaba pequeños brillantes incrustados y zapatos de tacón de color blanco.
Respecto al peinado, la única hija de Enrique y María Teresa de Luxemburgo ha optado por un recogido bajo de inspiración romántica. Una de las incógnitas era qué tiara iba a elegir la novia y finalmente se ha decantado por la Tiara Chaumet de diamantes.
Se trata de una pieza muy especial de su joyero que la Gran Duquesa ha lucido en ocasiones con perlas, pero al ser extraíbles su hija ha preferido no llevarlas. Además, también se puede convertir en gargantilla, tal y como puede verse en la imagen. Alexandra también la había llevado en algunas cenas de gala, al igual que la princesa Stéphanie. Unos pendientes y pulsera de perlas con cierre de brillantes han sido las otras piezas elegidas por la Princesa para su boda.
Una hora y media después de que diera comienzo la ceremonia, los recién casados han abandonado la Iglesia de Saint-Trophyme derrochando alegría. Aunque no ha habido beso (pese a las peticiones del público), Alexandra y Nicolas se han dedicado gestos de cariño y complicidad mientras sus amigos, familiares y los ciudadanos de Bormes-les-Mimosas les agasajaban con aplausos, deseándoles lo mejor en esta nueva etapa que comienzan.
Ya convertidos en marido y mujer, se han subido al coche que les estaba esperando para continuar con la fiesta, ya en la intimidad familiar. Se trata deun clásico Roadster MGB Cabriolet de color blanco que, según la prensa local, data de 1962 y fue fabricado en Gran Bretaña.
Al arrancar el vehículo, Nicolas ha protagonizado una divertida anécdota ya que, en lugar de ir hacia adelante parece que puso la palanca en posición de marcha atrás y a punto estuvo de dar un susto a todos... Por suerte, varios miembros de la gendarmería le ayudaron empujando el coche para que arrancara.
Esta boda, en un lugar de calles empedradas y alegres buganvillas, ha llegado una semana después del enlace civil que tuvo lugar el 22 de abril en Luxemburgo, momento en el que se pudo escuchar a la Gran Duquesa decir que "no hay mayor alegría que un hijo encuentre la felicidad". La princesa de 32 años ha dado el 'sí, quiero' a Nicolas, de 34 años, nacido en Bretaña y formado académicamente en Estudios Clásicos y Ciencias Políticas en la Sorbona de París y que trabaja en la creación de proyectos sociales y culturales.
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