A sus casi 18 meses, Charles de Luxemburgo, el hijo de los grandes duques herederos Guillermo y Stéphanie, está para comérselo y cada una de sus frecuentes apariciones públicas sirve para ver cómo va evolucionando y cómo se va transformando en un niño de lo más risueño y simpático que hace las delicias de todos. Desde bien pequeño, sus padres se lo han llevado a muchos de sus compromisos oficiales, quizá para que se vaya acostumbrando a las multitudes, a los flashes y a la expectación que provoca ver al que está llamado algún día a ser el jefe del Estado. En una visita que el pequeño protagonizó con sus padres a varias residencias de personas mayores, se le ha podido ver dando sus primeros pasos y mostrando mucha curiosidad y alegría, además de dar muestras de manejarse bastante bien con los cubiertos.
Los tres, en compañía de Corinne Cahem, ministra de Familia, hicieron un recorrido por varios centro de mayores del país para comprobar en primera persona el bienestar de este colectivo y agradecer al personal su labor y apoyo a los mayores durante la pandemia. Los encuentros parece que tuvieron lugar en varios días ya que el pequeño y sus padres llevan diferentes ropas. Charles ha heredado de su madre su característico color dorado de pelo y se convirtió en el auténtico protagonista. Los mayores parecieron encantados con el niño y se deshicieron con él en muestras de atención y carantoñas, ante la atenta y orgullosa mirada de sus padres. El acto se convirtió en un entrañable día en familia, en el que los grandes duques herederos incluso prepararon un biberón a su hijo y merendaron con los residentes.
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Tal fue la cercanía, que el pequeño Príncipe se sentó a la mesa con un grupo de mujeres y la Duquesa le dio la misma merienda que comían el resto de comensales. De hecho, el Príncipe ya muestra un gran manejo con el uso de la cuchara. Sin embargo, fue al dejarle en el suelo cuando el Príncipe conquistó a todos. A su año y medio, el 10 de mayo cumplirá los dos, ya se sostiene solo y da sus primeros pasitos con ayuda de su madre, aunque todavía parece cansarse un poco, lo que hizo que gran parte de la visita la pasara en brazos de sus papás, sentado en una silla o en su cochecito de paseo. No es la primera vez que el hijo, la nuera y el nieto del Gran Duque visitan una residencia de ancianos. El pasado julio ya estuvieron otra en la que el niño se mostró de lo más simpático y tranquilo, permitiendo que una de las señoras le diera la papilla.
Lo cierto es que Charles es uno de los baby royals de los que más imágenes hay disponibles, gracias a las cuáles podemos ver su evolución. Le hemos visto en una feria agrícola, en las vacaciones de verano con sus primos, celebrando su primer cumpleaños, en el campo o en Navidad. Sus padres están tan felices con su llegada que parece que no quieren separarse de él ni en sus compromisos institucionales y se muestran de los más orgullosos. La noticia del embarazo de Stéphanie de Luxemburgo se hizo esperar. Hace siete años, la gran duquesa heredera confesó en una entrevista su deseo de formar una familia numerosa como la suya, en la que es la pequeña de ocho hermanos. “Provengo de una gran familia. Fue una elección de mis padres y siendo la hija más pequeña, no puedo estar más contenta de su decisión. Ocho hijos son quizás demasiados, pero de alguna forma me gustaría seguir su ejemplo, mantener ese espíritu de familia numerosa del que vengo”, aseguraba entonces. Finalmente, ocho años después de su boda en la catedral de Nuestra Señora de Luxemburgo cumplieron su sueño de convertirse en padres por primera vez.