Desde sus primeras semanas de vida, Charles de Luxemburgo ha formado parte de la agenda oficial de la Casa Gran Ducal y en cada acto al que acude se convierte en el gran protagonista gracias a sus sonrisas constantes, a sus gestos y a sus miradas llenas de ternura. El único hijo de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo, que tiene catorce meses, ha conseguido nuevamente conquistar a todos al acudir estas últimas semanas con sus padres y la ministra de la Familia luxemburguesa, Corinne Cahen, a diferentes residencias de ancianos del país. El objetivo de cada una de estas visitas era hablar con las personas mayores y garantizar su bienestar, pero los juegos del pequeño príncipe así como su espontaneidad y las simpáticas interacciones con los residentes han sido, sin duda alguna, el mayor regalo para todos ellos.
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El nieto pequeño de los Grandes Duques de Luxemburgo, que llevaba unas zapatillas azules tipo bota con cordones y personalizadas con su nombre, ha llenado de alegría la rutina de estas residencias. Curioso y nada vergonzoso ante lo desconocido, Charles ha protagonizado unas preciosas escenas que, con toda seguridad, se quedarán siempre grabadas en la memoria de todas esas personas que ha conocido durante las visitas y, por supuesto, de sus orgullosos papás. Los ancianos han revivido su infancia jugando con el Príncipe y algunos coches de madera, le han dedicado gestos de cariño e incluso le han dado de comer. Y es que el niño, que ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión al trono luxemburgués, no lo ha dudado y cuando una señora le ha ofrecido una cucharada de tarta con galleta y mermelada, la ha probado.
-Guillermo y Stephanie de Luxemburgo pasan una jornada en el campo junto al pequeño Charles
-Suplantan la identidad del Gran Duque de Luxemburgo en una red profesional
Los príncipes Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo, que próximamente celebrarán su noveno aniversario de boda, han agradecido a todo el personal de los centros su labor y el esfuerzo que han realizado especialmente este último año para mantener un ambiente cálido durante la crisis sanitaria. Además, han charlado muy cercanos con los residentes, que los han recibido con la bandera del país y globos de sus colores (rojo, blanco y azul), se han interesado por su situación y por conocerles más. Mientras ellos charlaban, Charles observaba atento estos encuentros, dedicaba sonrisas pícaras a los ancianos e interactuaba con ellos.
Los grandes duques herederos de Luxemburgo, acompañados de la citada ministra, han puesto en marcha estas visitas tras relajarse las restricciones que nos acompaña desde el inicio de la pandemia. En esta nueva etapa han querido acercarse a residencias de ancianos ya que ellos son el colectivo más vulnerable y también al que más ha afectado la crisis sanitaria y el aislamiento. También han apoyado al resto de sociedad visitando hospitales, centros de investigación que trabajan sin descanso, pequeñas empresas o lugares culturales.
La próxima boda en la Casa Gran Ducal de Luxemburgo
Dentro de unos meses, Charles de Luxemburgo asistirá por primera vez a una boda. Tal y como informaron en abril, la Casa Gran Ducal de Luxemburgo se reunirá para asistir al enlace del príncipe Luis con la abogada Scarlett-Lauren Sirgue, del que todavía se desconocen los detalles oficiales y, por tanto, tampoco se sabe si el pequeño príncipe, que es sobrino del novio, tendrá algún papel destacado. La pareja oficializó su relación el pasado diciembre con un posado navideño aunque ya se les había visto en diversas ocasiones en los meses anteriores. Se conocieron en París, donde él trabajaba como coach para directivos en la firma Laurent Meeschaert y ella es asociada en Sibe. Se trata del segundo matrimonio para el hijo de Enrique y María Teresa puesto que anteriormente estuvo casado con Tessy de Luxemburgo, madre de sus niños, Gabriel y Noah.