El pasado 10 de mayo, la Casa Gran Ducal anunciaba el nacimiento del primer hijo de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo. El heredero, emocionado, a la salida del hospital compartía su felicidad ante los medios allí presentes: "Queremos compartirlo, sobre todo en estos momentos tan difíciles para el país y para la población, en especial para las familias en las que no pueden estar juntos desde hace mucho". El príncipe llegaba al mundo en plena pandemia y lo que dio lugar a situaciones inéditas como que los grandes duques conociesen a su nieto de manera virtual ante la imposibilidad de visitarlo en persona.
A pesar de las circusntancias excepcionales en las que nació, el pequeño Charles ha llenado de felicidad a la familia y ha sido un bebé muy esperado. Aunque tras darse el 'sí quiero' en 2012, los grandes duques herederos eran partidarios de aplazar un tiempo la paternidad, hace cinco años Stéphanie de Lannoy ya reveló su deseo de formar una familia numerosa como la suya. “Provengo de una gran familia. Fue una elección de mis padres y siendo la hija más pequeña, no puedo estar más contenta de su decisión. Ocho hijos son quizá demasiado, pero de alguna forma me gustaría seguir su ejemplo, mantener ese espíritu de familia numerosa del que vengo", aseguraba entonces la condesa belga. Ahora a los siete meses de su nacimiento, la Casa Gran Ducal ha querido homenajear al pequeño con las mejores imágenes de su ya nutrido álbum, ya que pocos royals con tan corta edad han protagonizado tantos posados
Esta bella imagen en blanco y negro es una de las primeras fotografías oficiales del joven príncipe en brazos de sus padres, que le miran embelasados. Están firmadas por Céline Maia-StudioByC y fueron tomadas en la maternidad donde el pequeño llegó al mundo. Al pequeño se le conoce como Charles de Luxemburgo, pero tiene un largo nombre compuesto como marca la tradición: Jean Charles Philippe Joseph Marie Guillaume, que incluye un homenaje a su bisabuelo, el gran duque Juan, fallecido el año pasado, y a su padre
Tan solo un día después de dar a luz, Stéphanie de Luxemburgo abandonaba la maternidad Gran Duquesa Carlota junto a su hijo acompañada de su marido. La familia protagonizaba el tradicional posado tras recibir el alta. Aunque se las habían retirado para posar ante las cámaras, el matrimonio salía del hospital con sendas mascarillas. Esta entrañable imagen servía, así para volver a ver la carita del bebé, que pesó al nacer 3,190 kg y midió 50 cm, y también para comprobar lo recuperada que se encontraba la mamá primeriza, que lucía un favorecedor vestido blanco con mangas de encaje
Un mes después de su nacimiento, la Casa Gran Ducal ya distribuyó nuevas fotos de Charles de Luxemburgo. Era ya su tercer posado desde que llegó al mundo en mayo. En brazos de su madre, que le mira con ternura y junto a a un gran oso de peluche, el príncipe volvía a conquistar a su familia y a medio mundo. Se trata de un bebé muy esperado, ya que está llamado a ser jefe del Estado algún día, y los grandes duques herederos se casaron siete años antes de su nacimiento, por lo que los ojos de todo un país están pendientes de él desde entonces
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El nacimiento del quinto nieto de los grandes duques Enrique y María Teresa trajo consido un aluvión de felicitaciones y regalos, por lo que sus padres quisieron convertir esa generosidad en solidaridad y anunciaron la puesta en marcha de varios proyectos benéficos. “Gracias a la generosidad de sus donaciones, podremos apoyar dos proyectos que son muy queridos por nuestros corazones: la creación de un patio de juegos inclusivo en Esch-sur-Alzette (la segunda ciudad después de Luxemburgo) y un proyecto para combatir la hambruna infantil en Sudán del Sur gestionado por Caritas Luxemburgo”: así lo comunicaba la página oficial de la corte ducal con unas imágenes en las que se puede ver al bebé durmiendo plácidamente en brazos de sus padres mientras dan un paseo por los jardines de su residencia
La siguiente gran cita de Charles de Luxemburgo ya fue en septiembre, con cuatro meses, y fue, como no podía ser de otra manera, en su bautizo. El niño recibió las aguas bautismales en una ceremonia celebrada en la Abadía de Clervaux, un precioso monasterio benedictino construido en el siglo XIX y lo hizo ante sus emocionados padres, la pareja heredera, además de la familia Gran Ducal: el Gran Duque y la Gran Duquesa; el príncipe Félix y la princesa Claire, con sus hijos la Princesa Amalia y el Príncipe Liam; el príncipe Louis y el príncipe Sebastián; y los integrantes de la Familia Lannoy, entre los que se encontraban el conde y la condesa Jehan de Lannoy, y el conde y la condesa Christian de Lannoy, en ambos casos acompañados por sus hijos, y el príncipe Sebastián, que ha acudido con muletas.
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En la imagen vemos al pequeño en brazos de su madre con el traje bautismal, el mismo que ya utilizaron, en su día, el Gran Duque, la princesa Marie-Astrid, el príncipe Juan y el príncipe William en sus respectivos bautizos. Su madrina es la condesa Gaëlle de Lannoy, hermana de la Gran Duquesa heredera; mientras que el papel de padrino le corresponde al príncipe Luis, hermano del Gran Duque heredero
Después de varios preciosos posados que convirtieron a Charles de Luxemburgo en uno de los protagonistas royal de 2020, llegaba por fin ¡su primer acto oficial! El Gobierno del país plantó un árbol para el primer hijo del Príncipe Heredero en el céntrico parque Pescatore y para que así quede reflejado se instaló una placa con su nombre y la fecha de nacimiento. El pequeño no podía perderse semejante homenaje y allí fue, en brazos de su madre, con un adorable peto vaquero encandilando a todos los allí presentes y recibiendo mimos por doquier
Charles de Luxemburgo continúa protagonizando momentos cargados de gran simbolismo. Hace tan solo dos meses, sus padres le llevaron a una excursión al Conservatorio luxemburgués Rose Heritage en el Castillo de Munsbach, donde, de nuevo acaparó toda la atención, y no solo por su adorable sonrisa. Una de las flores del jardín recibió por nombre el de 'Príncipe Charles de Luxemburgo'. Se trata una tradición que se remonta a 1891, gracias a la cual los miembros de la Familia Gran Ducal ponen su nombre a alguno de los rosales del jardín. Durante esta visita llamó especialmente la atención, el gran cambio físico del niño que además de haber crecido notablemente, estaba mucho más despierto y sonriente que en apariciones anteriores