La verdad de María Teresa de Luxemburgo
Aborda cuestiones espinosas como una futura abdicación o el alto precio de convertirse en reina en una entrevista reveladora
La vida de cuento es un cuento. María Teresa de Luxemburgo ha quitado fantasía al hecho de ser reina y ha hablado abiertamente de la vida real, real, la de verdad. Ha confesado el alto precio que hay que pagar para reinar y ha dado los argumentos de una futurible abdicación en una reveladora entrevista para Paris Match: “Me parece muy justa esta tradición no escrita que las monarquías respetan cuando ceden la Corona para permitir que los nuevos gobernantes tomen su lugar sin competencia innecesaria”, dice sin reticencias la Gran Duquesa.
Primera imagen de la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo tras su operación de rodilla
María Teresa de Luxemburgo, operada con éxito de la rodilla
“Tener el coraje de abdicar es, en mi opinión, lo mejor. Este ha sido el caso recientemente en Bélgica, y esta es la práctica aquí en Luxemburgo desde la gran duquesa Charlotte. Mi suegro lo hizo por nosotros y, cuando llegue el momento, lo haremos por Guillermo y Stéphanie. En primer lugar, porque después de una vida de servicio, creo que tenemos el derecho, y a veces el deseo, de salir del escenario para vivir por uno mismo unos años más pacíficos, si Dios nos los presta. Pero, sobre todo, porque la posición de príncipe heredero no es la más fácil, incluso si aquí, en Luxemburgo, tienen la oportunidad de ocupar una función real, al mismo tiempo estar a la cabeza de las misiones económicas y del consejo de Estado”.
María Teresa no provenía de una Familia Real antes de su matrimonio con el entonces gran duque heredero Enrique, y adaptarse a esta nueva vida no ha sido fácil: “No fue hace mucho tiempo y, sin embargo, fui casi una pionera. Hoy en día, se ha convertido en algo común, casi la norma, y a menudo pienso en las mujeres jóvenes que se enamoran de un príncipe igual que yo. Al principio no nos damos cuenta de cuánto significa renunciar a la libertad. Para servir a un país, tienes que sacrificar mucho. Muchas veces guardar silencio, otras muchas veces acatar prioridades que no son necesariamente las que a una le gustaría. Visto desde afuera, todo es bonito, solo vemos alfombra roja y el papel brillante, pero no es tan simple. Ciertamente, llevamos vidas privilegiadas, pero también muy restrictivas”. La verdad siempre libera.
Los reyes Felipe y Letizia, 'presentes' por sorpresa en la reaparición de la Gran Duquesa de Luxemburgo