El gran duque Juan, un símbolo de la libertad para los luxemburgueses
Su papel en la Segunda Guerra Mundial lo convirtió en un héroe del país que reinó durante 36 años
El Gran Duque Juan es miembro de la dinastía Nassau-Weilburg y nació en 1921 en el Castillo de Berg, residencia oficial de la Familia Real luxemburguesa. Como primogénito de Carlota de Luxemburgo y Felix de Borbón-Parma fue reconocido oficialmente como príncipe heredero en 1938, poco antes de que la Segunda Guerra Mundial le obligase a exiliarse de un país al que regresó convertido en héroe.
Después de formarse en Luxemburgo y en Reino Unido, la invasión de las tropas alemanas en mayo de 1940 le lleva a refugiarse con su familia primero en Francia y después en Portugal, para finalmente cruzar el charco. Tras una temporada en Estados Unidos, recalan en Quebec (Canadá) donde el heredero cursa estudios en derecho y ciencias políticas. En 1942 regresa a Europa con el firme propósito de luchar contra el nazismo.
El Gran Duque Juan de Luxemburgo, el héroe que liberó al país de las garras del nazismo
El por entonces príncipe Juan se alistó como voluntario en el ejército británico y combatió en primera línea en batallas como la de Caen o la del legendario desembarco de Normandía en 1944. Además, formó parte de la liberación de Bruselas y la de Luxemburgo, por lo que hasta el último día fue considerado por los luxemburgueses como un símbolo de la independencia y la libertad del país. Su labor en la campaña de los aliados fue reconocida con más de una decena de condecoraciones.
Ya de vuelta en el Gran Ducado, contrajo matrimonio el 9 de abril de 1953 con la princesa Josefina Carlota de Bélgica, hija del rey de los belgas, Leopoldo II, con la que tuvo cinco hijos: los príncipes María Astrid, Enrique, actual Gran Duque de Luxemburgo, Juan, Margarita y Guillermo. La Gran Duquesa Josefina Carlota falleció en 2005 a causa de un cáncer pulmonar.
Tras la abdicación de su madre, el príncipe Juan se convirtió en Gran Duque en 1964 y ostentó la jefatura del Estado hasta el 7 de febrero del año 2000, cuando cedió el testigo a su hijo Enrique. Durante los 36 años que duró su reinado, el soberano se ganó el cariño de los ciudadanos y por las otras casas reales europeas. La celebración de su 95 cumpleaños reunió a una buena representación de la Realeza del Viejo Continente, entre ellos la Reina Sofía acompañada de sus hermanos, la princesa Irene y el Rey Constantino de Grecia.
No obstante, en la última década el Gran Duque Juan vivía tranquilo en el Castillo de Fischbach, donde residía, y sus apariciones públicas eran cada vez menos habituales. Además, comenzó a dar algunos sustos con sus problemas de salud. En 2008 una fractura de cadera, de la que se recuperó favorablemente, le obligó a pasar por el quirófano y al año siguiente fue ingresado debido a unos problemas circulatorios. El pasado 13 de abril una infección pulmonar le llevó de nuevo al hospital y este martes, 23 de abril, ha fallecido a los 98 años.