Se ha roto otra pareja que nos hacía creer en el amor: Luis y Tessy de Luxemburgo han anunciado su divorcio. El final feliz, que dábamos por supuesto después de diez largos años de matrimonio y dos preciosos hijos en común, los príncipes Gabriel y Noah, no ha podido ser. Algunos vieron desde el principio una traba a su felicidad en la extremada juventud con la que se enamoraron, se convirtieron en padres, se comprometieron, se casaron.
Daba la impresión de que su amor podía con todo. Para empezar, como símbolo de esa fortaleza, no se conocieron en bailes de gala de Palacio, sino en el Ejército de Luxemburgo. Tessy se había enrolado en junio de 2003 y asistía a un curso de formación para participar en conflictos bélicos en el que coincidió con el Príncipe. Después de obtener la licencia para conducir vehículos de guerra - concretamente un Hummer acorazado-, la joven originaria de Niederkorn se ofreció como voluntaria para colaborar en la misión de paz de la ONU en Kosovo, algo que llevaría a cabo entre marzo y agosto de 2004, siendo la única mujer del contingente de tropas de Luxemburgo enviadas al país balcánico. Más tarde, realizaría labores en la enfermería y también colaboraría con el Estado Mayor del Ejército.
Luxemburgo, ajeno a la relación, recibió con asombro y cierto desconcierto la noticia de la paternidad del entonces jovencísimo príncipe Luis. La Casa Ducal lanzaba allá por 2005 el sorprendente comunicado acerca del tercer hijo de los Grandes Duques con estas palabras: “El príncipe Luis, de 19 años, y su novia, la soldado Tessis Anthony, de 20, están esperando un bebé...”. El estupor inicial pronto mudó en calurosa espera ante la responsable actitud de la pareja. Luis y Tessa se conocían desde hacía un año y, aunque no planeaban casarse por aquel momento, decidieron afrontar su paternidad con toda normalidad. Su decisión fue respaldada por las familias de ambos, quienes entendían que eran demasiado jóvenes para contraer matrimonio y que lo que más necesitaban en ese momento era cariño y comprensión.
Un año después, la pareja -convertida en familia tras la llegada el 12 de marzo de 2006 del pequeño Gabriel-, segura de la autenticidad y profundidad de los sentimientos que la unían, formalizó su relación el 29 de septiembre ante la Iglesia. Se dieron el sí, quiero en la Iglesia de Gilsdorf, una pequeña localidad alejada de la capital luxemburguesa. El príncipe Luis, tercer hijo de los Grandes Duques, Enrique y María Teresa, nació el 3 de agosto de 1986 y, por tanto, contaba en aquel momento con tan solo 20 años de edad. Tessy, nacida el 28 de octubre 1985, era únicamente once meses mayor que él. Antes, el Príncipe tuvo que renunciar a sus derechos dinásticos (y a los de sus descendientes) para poder casarse y así “conseguir una mayor independencia en su vida profesional y personal”, pero seguiría utilizando el apellido Nassau y mantendría el tratamiento de Alteza Real como Príncipe de Luxemburgo. Luego, concretamente el 21 de septiembre de 2007, vino el príncipe Noah, el segundo hijo de la pareja, a coronar la felicidad familiar.
Con la familia asentada, se centraron en el futuro profesional. El príncipe Luis se graduó en mayo de 2014 en la Universidad de Richmond, en su campus de Londres, donde obtuvo una licenciatura en Ciencias de la Comunicación, tras haber dedicado su tesina a la publicidad en el campo de la ayuda humanitaria. El Príncipe, que hizo público hace poco menos de un año que padecía desde niño dislexia, trabaja actualmente en el sector de la responsabilidad social corporativa. A mediados de 2016, la princesa Tessy se licenció en Relaciones Internacionales por la misma universidad y en estos momentos trabaja como directora de comunicación de la firma DS-48, empresa británica del sector privado dedicada a la seguridad. Pero eran sus corazones los que no se encontraban a salvo.
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Ayer el anuncio de su ruptura desencajaba al pequeño Gran Ducado. La Princesa, que perderá tras el divorcio su título real de Princesa de Luxemburgo, Princesa de Nassau y Princesa de Borbón Parma, ha cerrado hoy su Instagram y ha hecho público un nuevo comunicado en el que confirma el fin de su matrimonio, describiendo la situación actual como "extremadamente triste" y subrayando que, pese al divorcio, confía en mantener una buena relación con el príncipe Luis, ya que ambos son padres de "dos preciosos hijos". Estarán separados en el matrimonio, pero intentarán estar juntos en la paternidad.