El San Valentín más dulce de los Grandes Duques de Luxemburgo
Si el año pasado celebraron sus quince años de reinado, el 2016 guarda para los Grandes Duques de Luxemburgo otra celebración muy especial: la de sus bodas de rubí. En el día más romántico de todos los que marca el calendario, el Día de San Valentín, Enrique y María Teresa se dieron el “sí, quiero”. Treinta y cinco años después siguen festejando ese amor con unas imágenes llenas de complicidad.
La mirada del Gran Duque, la sonrisa de ella y un encuentro en las escaleras, al más puro estilo de dos enamorados el 14 de febrero. En definitiva, treinta y cinco años de amor y unión familiar que comenzaron en la universidad. Ambos estudiaban Ciencias Políticas en Ginebra y además coincidían en varios grupos de trabajo, a la vez que su relación se consolidaba.
Los Grandes Duques de Luxemburgo cumplen 15 años de reinado
El entonces Príncipe sabía que María Teresa Mestre era hija de un banquero cubano que tuvo que abandonar su país tras la revolución castrista. Y ella, contrariamente a lo que la leyenda cuenta, sabía también quién era realmente el apuesto joven. Así que cuando faltaban tres semanas para terminar los estudios universitarios y que sus vidas tomaran nuevos rumbos se prometieron.
Fue el Día de San Valentín de 1981 en la catedral de Luxemburgo, cuando en una mañana fría pero soleada sellaron su amor. El matrimonio ha tenido cinco hijos: el príncipe heredero Guillermo (11-11-1981) que el 20 de octubre del 2012 se casó Stéphanie de Lannoy; el príncipe Félix (3-6-1984) que un año después que su hermano mayor se casó con Claire Ledamacher en la Provenza francesa ; el príncipe Luis (3-8-1986) que fue el primero en casarse, en 2006, con la princesa Tessy; la princesa Alejandra (16-2-1991), que celebra su cumpleaños dos días después del aniversario de sus padres, y el príncipe Sebastián(16-04-1992), el pequeño de la casa.
La romántica boda de los príncipes Félix y Claire de Luxemburgo en la Provenza francesa
Bautizo real de la princesa Amalia de Luxemburgo
Con 60 y 59 años respectivamente, el Gran Duque y la Gran Duquesa disfrutan de una nueva y apasionante etapa juntos, esa en la que ven que el Palacio Ducal comienza a llenarse de nietos. Los primero fueron los dos niños del príncipe Luis, los príncipes Gabriel y Noe, y en junio de 2014 llegó la primera princesita, Amalia de Luxemburgo, hija de Félix y Claire.
Tres décadas y un lustro a lo largo del que se han convertido en un ejemplo para sus conciudadanos. Para esos luxemburgueses que les brindaron total apoyo como Príncipes, primero, y desde el 7 de octubre del año 2000, también, como soberanos.