Ella es una princesa real; él, un heredero estadounidense. Y este fin de semana se han casado, en Italia, ante la realeza europea. María Astrid de Liechtenstein, hija de Nicolás de Liechtenstein y Margarita de Luxemburgo, y Ralph Worthington V, hijo del financiero Ralph Worthington IV y Lucinda Earle Morrisey, se han dado el ‘sí, quiero’ en la iglesia concatedral de Santa María Asunta, en Orbetello, un pueblo de la Toscana.
La novia, de treinta y cuatro años, interiorista de profesión y diseñadora de juegos de backgammon, es sobrina de dos monarcas europeos: el príncipe Hans Adam II de Liechtenstein y el gran duque Enrique de Luxemburgo. También está emparentada con la Familia Real de Bélgica. El novio, de treinta y seis años, nacido en Nueva York y empresario, es bisnieto de William G. Morrisey, fundador de la Metropolitan Oil Company. La hermana de Astrid, Anunciata, acaba de casarse, en Viena, con el aristócrata italiano Emanuele Musini.
La princesa Astrid y Ralph se casaron rodeados de familiares y amigos españoles, como Teresa Sartorius; Sol y Luna Medina, e Inés de Cominges
La novia llevaba un vestido en color marfil, con manga francesa y escote en ‘V’ en la parte delantera y la espalda. La creación, obra de la diseñadora Marta Ferri, mujer de Carlo Borromeo y cuñada de Beatrice Borromeo, destacaba por su original diseño de líneas tipo zigzag bordadas en la falda y a lo largo de la cola. El velo perteneció a su abuela la gran duquesa Josefina Carlota de Luxemburgo. La princesa Astrid se tocó con una joya familiar, la tiara Kinsky Honeysuckle, realizada con motivos de madreselva en diamantes, plata y oro. Originalmente, fue un regalo para María Josefa de Liechtenstein para su boda, en 1870.
Christian de Hannover, hijo del príncipe Ernst, ofició de testigo, junto a Laura de Bélgica y Louis de Luxemburgo, entre otros. El enlace reunió a algunas de las princesas más elegantes de Europa. Chantal Hochuli, exmujer de Ernst de Hannover, coincidió con sus dos nueras, Alessandra de Osma, mujer del príncipe Christian, y Ekaterina Malysheva, mujer del príncipe Ernst August. Alessandra brilló con un vestido con motivos florales del español Jorge Vázquez.
La española Inés de Cominges escogió un vestido de Dior en color rojo y pequeños lunares negros. Sol y Luna Medina, hijas Ignacio Medina, completaron la ‘armada invencible’ española. Sofía de Habsburgo, mujer del príncipe Hugo Windisch-Graetz, llevó vestido de Valentino y fue otra de las más elegantes. Marc Noyer, exnovio de Tamara Falcó, también estaba entre los invitados.
Los primos de la novia no quisieron faltar a la cita: los príncipes Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo, el príncipe Louis y su prometida, Scarlett-Lauren Sirgue; el príncipe Félix, y la princesa Alexandra.
Mientras los novios salían de la iglesia, el coro interpretó la Salve Rociera , de Rafael de León. Fue un guiño de Astrid a España, país al que quiere mucho. La princesa ha pasado muchas Semanas Santas en la finca que tiene su tía Nora de Liechtenstein, en Peraleda de la Mata, en Cáceres. Nora, viuda de Vicente Sartorius, y su hija, Teresa, no faltaron a la boda. Tras la ceremonia, los novios dieron una recepción para unas doscientas personas, en los jardines de su finca en Capalbio.
La novia se quitó la fabulosa tiara ‘Kinsky Honeysuckle’ para la fiesta, celebrada en su finca de Capalbio, y llevó otra joya familiar a modo de tocado