La princesa María Anunciata de Liechtenstein, hija del príncipe Nicolás de Liechtenstein y de la princesa Margarita de Luxemburgo, se casó el sábado con el empresario italiano Emanuele Musini. Aunque la pareja ya se había dado el ‘sí, quiero’ en una discreta ceremonia civil, de carácter privado, celebrada en el mes de junio, faltaba la gran celebración. Una cita real en la que no faltaron príncipes y princesas de toda Europa y que convirtió Viena en el centro de la atención mediática durante el fin de semana.
Aunque han trascendido muchos detalles sobre el enlace, sin duda el evento de la temporada, todavía son muchas las imágenes no vistas de la ceremonia.
La ceremonia
Los novios se dieron el ‘sí, quiero’ en la Schottenkirche de Viena, una impresionante iglesia de estilo barroco a pocos minutos del palacio imperial de Hofburg, antigua residencia de los Habsburgo. El templo, fundado por monjes benedictinos irlandeses en el siglo XII, es considerado uno de los más bellos de la capital. La ceremonia civil tuvo lugar en la Villa della Tenuta di Fassia, en Italia, el pasado 26 de junio, pero María Anunciata quería casarse religiosamente en Viena porque es un lugar importante para su familia.
El vestido de la novia
María Anunciata deslumbró a su llegada a la Schottenkirche, del brazo de su padre, el príncipe Nicolás. La novia lució un espectacular vestido blanco de alta costura de Pierpaolo Piccioli para la maison Valentino.
El look nupcial
La princesa no quiso renunciar a uno de los complementos nupciales al que suelen recurrir las roylas: el velo. María Anunciata acompañó la creación de Pierpaolo Piccioli con un velo de dos capas asimétricas, una larga y la otra corta, con delicados bordados florales.
El look nupcial
La princesa iba coronada con una joya familiar, la tiara Fringe de los Habsburgo. Se trata de una pieza de gran valor histórico, ya que fue un regalo de bodas a la infanta María Teresa de Braganza por su enlace con el archiduque Carlos Luis, hermano del emperador Francisco José de Austria. La tiarafue creada en Viena por Köchert, el joyero de la corte imperial, a finales del siglo XIX, y sigue el estilo de los kokoshnik rusos, con diamantes engastados en plata y oro que forman espigas.
Las damitas de honor
María Anunciata entró a las iglesia junto a cinco damitas de honor que lucieron vestidos blancos con fajines con lazada en verde y románticas coronas de flores en la cabeza. Además de acompañar a la novia en su camino hacia el altar, estuvieron pendientes en todo momento de colocar correctamente el velo y la cola con la ayuda de otras invitadas.
Intercambio de anillos
El intercambio de las alianzas no solo es uno de los momentos más importantes de la liturgia del matrimonio, también uno de los más íntimos. Esta imagen es testigo de ese momento histórico en el que la princesa María Anunciata y Emanuele Musini intercambiaron sus anillos de boda.
La ceremonia
En un momento de la ceremonia, los novios, que derrocharon complicidad durante todo el tiempo, entrelazaron sus manos en gesto cariñoso.
Gestos de cariño
Durante toda la ceremonia la pareja derrochó espontaneidad y los gestos de cariño no dejaron de repetirse. Fueron las miradas que se dirigieron una y otra vez la mejor muestra de que, pese a tratarse de un enlace mediático, los novios siempre viven la ceremonia con una imtimidad muy especial.
La salida de los novios
Con esta imagen, no hacen falta palabras para describir la alegría de los novios, ya convertidos en marido y mujer, a la salida de la iglesia. La princesa María Anunciata de Liechtenstein y Emanuele Musini emanaban felicidad.
La salida de los novios
La pareja, exultante, abandonó la iglesia en un elegante carruaje. Tenían que prepararse para la cena de gala que los recién casados ofrecieron, por la noche, en otro de los palacios vieneses de la familia Liechtenstein: el llamado Palacio del Jardín, ubicado en el elegante barrio de Rossau.