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Viena volvió a ser capital imperial por un día. La princesa María Anunciata de Liechtenstein, de treinta y seis años, hija del príncipe Nicolás de Liechtenstein y de la princesa Margarita de Luxemburgo, se casó el sábado con el empresario italiano Emanuele Musini, de cuarenta y dos. La novia es sobrina de dos monarcas europeos: el príncipe Hans Adam II de Liechtenstein y el gran duque Enrique de Luxemburgo. Además, está emparentada con las Familias Reales belga y sueca, ya que su abuela materna, Josefina Carlota, gran duquesa consorte de Luxemburgo, era hija de Leopoldo III de los Belgas y de Astrid de Suecia. Naturalmente, su boda reunió a príncipes y princesas de toda Europa, convirtiendo a la capital austríaca en el epicentro de uno de los eventos sociales de la temporada.
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Los novios se dieron el ‘sí, quiero’ en la Schottenkirche de Viena, una impresionante iglesia de estilo barroco a pocos minutos del palacio imperial de Hofburg, antigua residencia de los Habsburgo. El templo, fundado por monjes benedictinos irlandeses en el siglo XII, es considerado uno de los más bellos de la capital. La ceremonia civil tuvo lugar en la Villa della Tenuta di Fassia, en Italia, el pasado 26 de junio, pero María Anunciata quería casarse religiosamente en Viena porque es un lugar importante para su familia: la dinastía de los Liechtenstein es originaria de Baja Austria y durante siglos vivió en Viena y fue consejera de los emperadores austríacos.
Alta costura y una tiara con historia
María Anunciata deslumbró a su llegada a la Schottenkirche, del brazo de su padre, el príncipe Nicolás. La novia llevó un vestido blanco de alta costura de Pierpaolo Piccioli para la maison Valentino. El modelo, con escote barco y mangas abullonadas, era de cuerpo ceñido y volumen en la falda y la cola.
La novia es sobrina de dos monarcas europeos, el príncipe Hans Adam II de Liechtenstein y el gran duque Enrique de Luxemburgo, y está emparentada con las Familias Reales de Bélgica y Suecia
La princesa iba coronada con una joya familiar, la tiara Fringe de los Habsburgo. Se trata de una pieza de gran valor histórico, ya que fue un regalo de bodas a la infanta María Teresa de Braganza por su boda con el archiduque Carlos Luis, hermano del emperador Francisco José de Austria. La tiara fue creada en Viena por Köchert, el joyero de la corte imperial, a finales del siglo XIX, y sigue el estilo de los kokoshnik rusos, con diamantes engastados en plata y oro que forman espigas.
Esa reliquia familiar también tiene un valor sentimental, ya que la usó la tía de la novia, la princesa Marie, que acaba de fallecer, en su boda con el entonces príncipe heredero Hans Adam II, hace casi cincuenta y cinco años. María Anunciata completó su estilismo con un velo de encaje prendido con la tiara familiar. Detrás de ella iban cinco adorables damitas de honor con coronas florales.
Príncipes y princesas de toda Europa
La Schottenkirche de Viena estaba a rebosar de príncipes y princesas llegados de todas partes de Europa. En las primeras filas se encontraban los familiares más cercanos de la novia: sus padres, y sus hermanos: Leopoldo, María Astrid y José Manuel. Los dos hermanos pequeños de Anunciata también están a punto de casarse. Astrid lo hará con el norteamericano Ralph Worthington, y José Manuel lo hará con la heredera colombiana, María Claudia Echavarría. En primera fila también estaba su tío materno, el gran duque Enrique de Luxemburgo, y sus cinco primos: los príncipes herederos Guillermo y Stéphanie, Félix y Claire, Luis y su prometida, Scarlett-Lauren Sirgue, Sebastián y Alexandra.
María Anunciata, vestida de Valentino, se casó en la Schottenkirche de Viena ante princesas y aristócratas como Beatrice Borromeo, Alessandra de Osma y Ekaterina de Hannover
Entre los representantes de otras casas reales europeas se encontraba el príncipe Hassan de Jordania, hermano del Rey Hussein. Los Reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, tenían previsto asistir, pero tuvieron que cancelar su presencia debido a un contacto directo con un caso de covid.
A la boda no asistió ningún miembro de la Familia Real española, pero sí hubo presencia de los Borbones. Sibilla de Luxemburgo, tía de Anunciata, no faltó a la cita. Sibilla, casada con Guillermo de Luxemburgo, es nieta de la infanta Beatriz de Borbón y Battenberg y bisnieta del Rey Alfonso XIII.
La impresionante iglesia de estilo barroco se encuentra ubicada a pocos minutos del palacio imperial de Hofburg, antigua residencia de los Habsburgo, y del palacio de los Liechtenstein, en Viena
Entre los invitados se encontraban muchos rostros de la nueva generación de la realeza europea: Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi, Tatiana Santo Domingo, Elisabeth y Alberto von Thurn und Taxis (hijos de Gloria, la famosa ‘princesa punk’), Casimir y Alana Sayn-Wittgenstein-Sayn, Ernst Augusto y Ekaterina de Hannover, y Christian y Alessandra de Hannover, entre otros. También, miembros de la jet set internacional, como la diseñadora Margherita Missoni o Rolf Sachs, hijo del multimillonario Günther Sachs.
Los invitados españoles
María Anunciata tiene un nutrido grupo de amigos españoles. Cósima Ramírez, hija del periodista Pedro J. Ramírez y de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, asistió luciendo uno de los coloridos trajes de su madre. Por la noche, deslumbró con una creación de Ágatha con el icónico logo de ¡HOLA! Junto a ella también estaban Inés de Cominges y su marido, el empresario francés François du Chastel, y las hermanas Sol y Luna Medina, hijas de Ignacio Medina, duque de Segorbe, y de Gloria Orleans-Braganza. También asistió la prima española de Anunciata, Teresa Sartorius, hija de Vicente Sartorius y de la princesa Nora de Liechtenstein.
La novia iba coronada con una joya familiar, la tiara Fringe, de los Habsburgo, con diamantes engastados en plata y oro que forman un diseño de espigas
Tras la misa, los novios ofrecieron un almuerzo en el Stadtpalais, el palacio urbano de los Liechtenstein, uno de los dos que tiene la familia de María Anunciata en el casco histórico de Viena. El edificio cuenta con una de las escalinatas barrocas más hermosas de la ciudad. El banquete se sirvió en los salones de ceremonia, con techos de estuco barroco y una exuberante decoración de estilo neorrococó: paredes revestidas en sedas, suelos cubiertos con parqué de Michael Thonet…
Cena entre obras de Rafael y Rubens
Por la noche, María Anunciata y su marido ofrecieron una cena de gala en otro de los palacios vieneses de la familia Liechtenstein: el llamado Palacio del Jardín, ubicado en el elegante barrio de Rossau. Se trata de un edificio del 1700, de estilo barroco, rodeado por jardines de estilo inglés. Allí, la Familia Real guarda su colección de arte privada, una de las más importantes de Europa, con cuadros de maestros como Rafael, Rubens, Van Dyck o Rembrandt.
Los novios recibieron a sus invitados en el vestíbulo, donde se guarda la carroza dorada en la que Isabel de Parma, prometida del emperador José II, hizo su entrada en Viena. Los amigos de Anunciata y Emanuele no pudieron ocultar su sorpresa ante las maravillas que esconde este palacio, como la Sala Hércules, con sus más de seiscientos metros cuadrados cubiertos con frescos que representan motivos mitológicos. Allí se sirvió la cena.
Por la noche, María Anunciata llevó un vestido de inspiración griega y lució la tiara de Hojas de Vid, una joya de la Familia Real de Luxemburgo
María Anunciata se cambió de traje para la fiesta y lució un vestido de inspiración griega con tirantes trenzados que culminaban en un escote pico y un fajín plisado a capas y adornado con brillantes. Optó por llevar su melena suelta y peinada hacia un lado con ondas al estilo Hollywood.
La novia remató su look con otra joya con historia: la tiara de Hojas de Vid, hecha en diamantes de diferentes tallas engarzados sobre oro amarillo y plata que representan hojas de vid y bayas. Desde el siglo XIX, esta pieza está en manos de la Familia Real de Luxemburgo, la familia materna de María Anunciata. Se encuentra entre las favoritas de la gran duquesa María Teresa, que se la prestó a su sobrina para el gran día.
La princesa Nora de Liechtenstein, tía de la novia y viuda de Vicente Sartorius, marqués de Mariño, asistió junto a su hija, Teresa Sartorius
Entre las invitadas más elegantes a la cena se encontró Beatrice Borromeo, que causó sensación con un vestido largo de tul rojo de la maison Dior (durante el día, también llevó un vestido de la casa francesa). La peculiar forma del diseño, con el top en forma de corazón, marcaba la silueta de la aristócrata italiana.
Alessandra de Osma, princesa de Hannover, optó por un vestido negro con falda de vuelo y largo a ras de tobillo, de la firma española Pertegaz. La princesa también llevó un diseño de esa marca en la ceremonia del mediodía. Derroche de elegancia y estilo en una de las bodas de la temporada.