Liechtenstein decía adiós el pasado sábado a su princesa consorte, Marie, que fallecía a los 81 años tras sufrir un infarto cerebral del que no se pudo recuperar. Tras siete días de luto oficial, la esposa de Hans Adam II ha sido despedida la mañana del sábado con un funeral de Estado en la catedral de Vaduz. Marcada por las restricciones sanitarias y por las dimensiones de esta iglesia de estilo neogótico, tan solo han estado presentes en la despedida sus familiares más cercanos, autoridades y representantes de varias casas reales europeas como Carolina de Mónaco y la Reina Sofia, que ocupaba apenada su sitio en la primera fila de bancos. La esposa de don Juan Carlos también fue una de las invitadas a su boda con el príncipe reinante.
La Princesa tenía cuatro hijos: el príncipe heredero y regente Alois (1968), el príncipe Maximiliano (1969), el príncipe Constantin (1972) y la princesa Tatiana (1973), quienes le dieron 15 nietos. Vestidos de riguroso luto, sus allegados, que la han estado velando en las horas previas, se situaron en los primeros bancos del templo durante este solemne funeral. Uno de los momentos más emotivos ha sido cuando algunos de sus nietos, visiblemente emocionados, han hecho lecturas en su honor. En el altar han colocado una foto de Marie de Liechtenstein junto al féretro, que está cubierto por una bandera bicolor de la Casa de Liechtenstein, un ramo y rodeado de coronas de flores en las que predominan los tonos amarillos. También había una de rosas rojas de parte de su marido, el príncipe Hans-Adam.
Amante del arte y muy comprometida, así fue la intensa vida de Marie de Liechtenstein
Al finalizar la misa se ha producido otro momento lleno de sentimiento al entrar el cuerpo de bomberos de Vaduz para portar a hombros el féretro de la Princesa, al que han seguido todos sus seres queridos para darle el último adiós ya en la cripta principesca del templo, al igual que todos los miembros de la familia real. El servicio religioso ha estado oficiado por el arzobispo Wolfgang Haas y ha contado con el coro de la iglesia Vaduz y la Vaduz Harmoniemusik para la música. El funeral no ha estado abierto al público por cuestiones de espacio, pero sí ha sido retransmitido en directo por la cadena pública. Además, todos aquellos ciudadanos que hayan querido despedir a Marie de Liechtenstein han podido hacerlo desde el jueves por la tarde, cuando el ataúd de la Princesa llegó a la catedral hasta la tarde del viernes. Allí podían dejar también sus condolencias en un libro habilitado para ello.
Así fue la vida de la Princesa
Nacida el 14 de abril de 1940 en Praga como condesa Marie Kinsky de Wchinitz y Tettau, la Princesa era la cuarta de siete hijos. Destacó por múltiples cualidades a lo largo de su azarosa vida, que quedó marcada desde muy temprano cuando sus padres fueron expulsados en 1945 de la antigua Chevoslovaquia y juntos tuvieron que instalarse en Alemania. Diplomada en Artes Gráficas, era una apasionada del arte, el diseño, el dibujo y tenía una sensibilidad especial para la naturaleza. Desempeñó su trabajo artístico hasta el anuncio de su compromiso con su primo segundo, el príncipe Hans Adam II de Liechtenstein.
Tras su boda, celebrada el 30 de julio de 1967 en la misma catedral neogótica de la capital del país en la que ha sido despedida hoy, la princesa Marie siempre se involucró y participó activamente en distintas organizaciones del Principado centradas en causas sociales relacionadas con la educación, la salud, la crianza, la cultura y las artes. Una mujer solidaria y comprometida que fue presidenta de honor de la Cruz Roja de Liechtenstein, de 1985 a 2015, así como cabeza visible de una fundación para personas con necesidades especiales. También fue la máxima representante de la Sociedad de Ayuda Ortopédica, de 1983 a 2005, y patrocinadora de otra organización que prestaba apoyo a las familias.