La reina Camilla ha vivido un día inolvidable e histórico. A sus 75 años ha sido coronada junto a su marido, Carlos III, en una ceremonia religiosa que ha tenido lugar en la Abadía de Westminster de Londres.
La reina inesperada ha dejado imágenes irrrepetibles que hace unos años eran impensables. Camilla ha tenido que sortear muchas batallas a lo largo de su vida para poder estar junto al hombre al que amaba con el que finalmente ha llegado al trono
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Camilla ha llegado a la Abadía de Westminster como una dama medieval. La lluvia no ha deslucido ni un ápice su espectacular vestido de Bruce Oldfield, el que también fuera el diseñador favorito de Diana. En un blanco inmaculado, la Reina ha estado asistida por su séquito
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El simbolismo ha estado muy presente en el estilismo de Camilla de Inglaterra. Su vestido estaba cuajado de bordados en plata y oro con flores silvestres realizado en peau de soie, un tejido de seda con acabado de brillo mate
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Camilla ha entrado a la Abadía de Westminter antes que su marido al que conoció hace cincuenta años cuando los dos eran unos veinteañeros y con el que logró casarse en 2005
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La esposa de Carlos III ha llevado los zapatos de tacón bajo forrados en la misma tela que su vestido. Con ella, su núcleo más cercano, sus nietos, quienes han actuado como pajes, su hermana y su íntima amiga, sus dos damas de honor
Tres de sus nietos y un sobrino nieto la han asistido durante la ceremonia. Principalmente han llevado el manto carmesí con el que ha entrado a la Abadía y el púrpura con el que ha salido. Son piezas muy pesadas que impiden moverse con facilidad
Ante 2.300 invitados, entre ellos cien jefes de Estado, Camilla ha caminado hacia el altar mayor. En todo momento se ha mostrado tranquila, con emocion contenida y dominando la escena
Un momento de conexión en medio de la solemnidad de una ceremonia tan majestuosa entre una pareja que pese a tenerlo todo en contra logró su sueño de poder estar junta sin esconderse. Carlos ha convertido a su esposa en la reina de los británicos
La unción ha sido el momento más íntimo y sagrado de la consagración del Rey y la Reina. Ni siquiera Camilla ha podido ver cómo su esposo era ungido con el aceite sagrado
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Como una espectadora más, la Reina, de 75 años, ha visto la coronación de Carlos, su marido, pero también de su Rey. Además de sus nietos, sus hijos, sus nietas y hasta su exmarido se han encontrado entre los miembros del público
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La coronación ha sido un servicio religioso cuya liturgia se remonta a siglos atrás y en el que ha habido momentos para el recogimiento. Más regia que nunca, Camilla ha estado perfecta en su papel. Lleva toda una vida apoyando al amor de su vida y el mundo ha podido verla, por fin, como la Reina en la que se ha convertido
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'Reina en su corazón, oh Rey de amor, para que, estado seguro de tu protección, sea coronada con tu grato favor; a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén', han sido las palabras del Arzobispo de Canterbury al colocar la corona a la reina Camilla
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Una vez que el arzobispo ha puesto la corona sobre la Reina ha pronunciado las siguientes palabras: 'Que tu sierva Camilla, que lleva esta corona, sea colmada de tu abundante gracia y de todas las virtudes principescas'
La Reina no ha eligió la corona de la Reina Madre, la última consorte coronada, sino otra pieza histórica, que usó la bisabuela de su marido para su coronación en 1911. Es la primera vez en la historia reciente de Reino Unido que la esposa de un jefe de Estado reutiliza una corona
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La esposa del rey Carlos ha querido honrar a su recordada suegra al colocar los fabulosos diamantes Cullinan III, IV, y V que formaron parte del joyero personal de Isabel II y que usó en muchas ocasiones en su corona
Una imagen por la que pocos apostaban ha tenido lugar este sábado en un Londres típicamente lluvioso. Una vez coronada ha hecho una reverencia a Carlos III
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Los reyes Carlos y Camilla, en la carroza de oro en la que han realizado la Procesión de Coronación. Este imponente carruaje es de madera cubierto de pan de oro y adornado con paneles pintados de dioses romanos y tres querubines en el techo que simbolizan Inglaterra, Escocia e Irlanda. Destaca por ser la tercera más antigua de las que se conservan en Reino Unido, mide de 3,6 metros de alto y tiene más de siete metros de largo
Tras abandonar la Abaía de Westminster, los dos juntos en un carruaje de cuento han partido rumbo al Palacio de Buckingham para ofrecer al mundo otra imagen icónica: la del saludo de la pareja real a los británicos. Los reyes Carlos y Camilla, ya en el balcón, se miran sonrientes en uno de los días más importantes de su vida. Es el comienzo de una nueva era