"La Reina (Isabel II) ha aceptado la creación de una nueva oficina para el Duque y la Duquesa de Sussex…". Así comenzaba el comunicado que el Palacio de Buckingham emitió en marzo de 2019 para informar de que las dos casas reales –los Cambridge y los Sussex- dejarían de trabajar juntos en todos los ámbitos y se crearían dos entidades independientes. Harry y Meghan trasladarían su lugar de trabajo al Palacio de Buckingham y formarían un nuevo equipo de comunicación. ¿Fue una sorpresa? No, los rumores de que la relación entre las dos parejas no era buena habían sido constantes desde el principio y esta era la confirmación. Entonces se transmitió la idea de que era solamente una cuestión organizativa y de eficiencia, pero luego se desveló el conflicto latente. Ahora, gracias a las memorias del príncipe Harry que han salido a la venta este martes bajo el títuloEn la sombra, sabemos (siempre bajo su punto de vista) la cronología de los hechos y cómo fue aumentando la tensión entre los cuatro hasta desembocar en esa ruptura laboral que fue la antesala de la gran ruptura familiar que vendría después con la marcha de los duques de Sussex de la Casa Real británica.
¿Cuándo empezaron a llevarse mal?
La respuesta a la pregunta anterior es rápida: desde el principio. Siguiendo las informaciones que ha ido dando el príncipe Harry en estos últimos años su relación con el príncipe Guillermo, marcada por la dicotomía dequién es el heredero y quién es el repuesto, lejos de ser la idílica relación fraternal que habíamos creído durante veinte años está llena de distancia, rivalidad, los celos y la jerarquía institucional. Cuenta que se quieren, pero que tienen intereses totalmente opuestos y una relación distante entre ellos, ya la tenían antes de la llegada de Meghan. Por otro lado, no es un secreto que Kate y Meghan no sintonizaron nunca, sin embargo,Harry en su biografía añade anécdotas concretas que hicieron que entre las dos una amistad nunca fuera posible y la mayoría se deben a que Meghan esperaba un recibimiento cálido y familiar mientras que Kate prefería mantener la distancias.
Un ejemplo, un tanto infantil, pero es que este conflicto, además de tener un trasfondo de dinero, poder y de sostenimiento de todo un sistema lucrativo para la propia Familia Real y para la nación, en ocasiones parece una pelea de niños: en su primera aparición conjunta Meghan le pidió el brillo labial a Kate antes de salir al escenario y ella se lo prestó a regañadientes y poniendo cara de asco. Anécdotas como esta anterior llenan las 416 páginas que tiene la biografía de Harry en su versión original. Esto sucedió –según el duque de Sussex- en esa primera aparición que los cuatro hicieron en un acto de la Royal Foundation, ese en el que Meghan habló del movimiento Me too y Kate no le respaldó. Para la estadounidense hablar de este tema era una cosa natural, inofensiva y necesaria, pero la británica sabía que hay terrenos que es mejor no pisar. Por su parte Harry estaba emocionado, pensaba que por fin el equipo estaba completo y siempre había tenido la sensación de que la familia no te toma en serio hasta que has pasado por el altar.
Esto sucedió en febrero de 2018, fue cuando la prensa los apodó los Fabulosos Cuatro, un espejismo que tenía los días contados.La tensión fue en aumento durante todo ese año en parte por la enorme exposición que Harry y Meghan tenían por la boda, en parte porque Kate y Meghan estuvieron en desacuerdo, entre otras cosas, por el tema de los trajes de las damitas de honor (la princesa Charlotte era una de ellas) y en parte porque, según Harry, Kate había descubierto que a partir de ahora sería comparada con Meghan e iban a ser obligadas a competir constamente. Los rumores de su mala relación serían la tónica habitual en el futuro y llegaron hasta tal punto que se forzaron salidas de ellas dos para dar imagen de buena sintonía.
Un té para suavizar tensiones
En junio de 2018, cuando ya había pasado la boda y los Sussex habían regresado de su luna de miel, Guillermo y Kate invitaron a Harry y a Meghan a un té en su casa para "relajar el ambiente". Según el duque de Sussex, esa reunión no salió bien, los cuatro se enzarzaron en una serie de reproches a cuenta de asuntos, de nuevo, un tanto infantiles. Que si Guillermo y Kate se cambiaron de sitio durante el banquete de boda de Harry y Meghan, que si eso mismo habían hecho los Sussex en la boda de Pippa Middleton, que si las formas de Meghan no son las adecuadas en el Reino Unido, etc., etc., etc. Eso ocurría en el salón de casa, pero en la oficina del Palacio de Kensington el personal comenzó a notar la tensión y el conflicto latente entre las dos parejas. Sobre este tema también habló en el documental de Netflix, James Holt, actual director ejecutivo de la fundación de los duques de Sussex y portavoz de palacio entre el 2017 y el 2019. Holt formaba parte de esa oficina y contó cómo fue testigo de la separación, de cómo el personal comenzó a tomar partido, o eras de los Cambridge o eras de los Sussex.
"Tampoco ayudaba que hubiera que trabajar a destajo. La demanda de la prensa era tal, que no disponíamos ni de las personas ni de los recursos necesarios para llegar a todo […] Los nervios estaban a flor de piel, la gente saltaba a la mínima. Las críticas constructivas no existían. […] Y Willy culpaba de absolutamente todo aquello a una sola persona. A Meg", cuenta el príncipe Harry en sus memorias, recordando como Guillermo asumió el discurso que había propagado un sector de la prensa británica de que Meghan era una persona "difícil".
Para avanzar en esta historia contemos que, en este contexto, Meghan se queda embarazada de su primer hijo y junto a Harry hacen esa primera gira internacional por Australia, Tonga, Fiyi y Nueva Zelanda. Una gira que el duque de Sussex ha contado en todas y cada una de sus intervenciones –desde Oprah Winfrey hasta Netflix- que lo cambió todo, ya que el éxito de ese viaje despertó celos en los miembros de la Familia Real destinados a acumular más popularidad. "Le demostró a la familia que estaba mejor preparada para ir de gira, para tratar con la gente y para formar parte de la realeza de lo que le correspondía por nacimiento", así lo explica Harry en esta ocasión.
El regreso de la madrastra malvada del cuento
Así llegó diciembre de 2018 y los cuatro llegaron a la conclusión de que necesitaban una segunda reunión para relajar el ambiente, tuvo lugar el día 10 de diciembre y en esa ocasión fue en casa de los Sussex. Harry y Meghan querían saber porque la oficina no estaba defendiendo a Meghan ante historias que ellos mismos sabían que no eran verdad y también quién estaba filtrando todas las informaciones que cíclicamente apuntaban a una mala relación entre Meghan y Kate. ¡Y aquí llega una de las bombas de Harry! El príncipe Guillermo, al parecer medio avergonzado por su propio error, reconoció que habían cenado con Carlos y Camilla y que él podría haber dejado escapar que entre los cuatro había tensión.
Camilla, la reina que sobrevivió a un huracán
Esta no es la única vez que este libro el príncipe Harry insinúa (o apunta directamente) a Camilla como la persona que desde dentro de la Casa Real filtra a los medios de comunicación informaciones sobre él y su hermano (incluso sobre y Kate y los niños, según la versión de Harry) a cambio de obtener una mejor prensa de ella misma o de ocultar informaciones que no le interesan o que son negativas para su propia familia, la que tenía antes de casarse con Carlos. Hasta ahora, hasta la publicación de este libro que ha salido a la venta este 10 de enero y ya está en el número uno de todas las plataformas, Harry nunca había hablado de Camilla, la nueva reina consorte. En este libro Harry la retrata como toda una maestra de las relaciones públicas y de la comunicación encubierta, cuenta anécdotas que la describen como una auténtica corredora de fondo, que descubrió que la forma más ventajosa de lidiar con la prensa era por la puerta de atrás.
Los motivos que impulsaron la ya famosa pelea entre Guillermo y Harry y sus consecuencias
Dos meses después, en febrero de 2019,Daily Mail publicó la carta que Meghan envió su padre, Thomas Markle. "Me puse en contacto con mi padre y con Willy. Los dos habían demando a la prensa en el pasado por invasiones de la intimidad y calumnias…", desvela Harry en su libro haciendo referencia a uno de los mayores escándalos en torno a Carlos III, unas cartas que escribió a miembros del Gobierno y que para muchos supusieron una extralimitación en sus funciones como entonces príncipes de Gales, el caso del príncipe Guillermo es que demandó por publicar unas imágenes de Kate en topless."Los dos se opusieron vehementemente a que Meg y yo emprendiéramos acciones legales", cuenta Harry sobre el tema de la carta, que finalmente los Sussex llevaron a los tribunales con éxito y al que dedicaron buena parte en el documental que la pareja estrenó a final del año pasado en Netflix.
Ese tema, el de la carta y las intenciones de demandar a la citada cabecera británica y a su editorial, es el pasaje que Harry narra justo antes de entrar en la famosa pelea con su hermano Guillermo. "Me pidió que nos viéramos, quería hablar de aquella bola de nieve que era cada vez más grande", explica Harry.Esa charla, que comenzó con una conversación en la cocina de Nottigham Cottage y que terminó con Harry en el suelo y con el cuenco del perro clavado en la espalda fue el detonante de todo. Al parecer Guillermo le dijo que Meghan era difícil, maleducada, brusca y que se había enemistado con todo el personal. Harry no cedió, le pidió que reconsiderara su postura y finalmente (según Harry) su hermano mayor le atacó. Según cuenta en el libro se habían pelado físicamente durante toda la vida, pero esa vez era distinto.
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Poco después, en marzo de 2019,llegó el anuncio de separación firmado por la Reina. Guillermo y Kate conservaron su oficina en el Palacio de Kensington y la fundación que ya estaba en marcha, mientras que Harry y Meghan crearían un nuevo equipo con Sara Latham al frente en el Palacio de Buckingham. Los duques de Sussex querían empezar desde cero con una nueva estrategia de comunicación que se sustentaba en desentenderse de la Royal Rota, un sistema de acreditación que da acceso solo a determinados medios de comunicación a las informaciones, actos y viajes de la realeza. Hay que recordar que el príncipe Harry siempre ha sido crítico con este sistema ya que, según su punto de vista, le obligaba a trabajar con los mismos medios que publicaban ataques contra Meghan y dejaban fuera a la prensa que estaba realmente interesada en cubrir su trabajo.
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Esta fuela cronología que derivó en una separación oficial que pretendía reconducir las cosas pero que terminó siendo un parche incapaz de contener el conflicto que estallaría al terminar ese mismo año. Hay que recordar que el otoño siguiente, el del 2019, Harry reconoció ante Tom Bradby (el mismo periodista al que le ha concedido la única entrevista que ha dado para promocionar su libro en el Reino Unido) que Guillermo y él llevaban caminos separados, mientras que Meghan se mostró desbordada y dijo que nadie le había preguntado desde hacía mucho tiempo si se encontraba bien. Esta entrevista fue la primera que dieron los duques de Sussex de la larga lista que ha venido después y no sentó nada bien a la Casa Real. El príncipe le pidió a su abuela un "tiempo muerto" e Isabel II se lo dio: los duques de Sussex se instalaron durante seis semanas en Canadá, período que incluyó la Navidad del 2019. En enero de 2020 Harry y Meghan mostraron su intención de marcharse y en marzo de ese mismo año se produjo la ruptura histórica que todavía colea en este enero del 2023 gracias a la publicación de unas memorias que son hasta la fecha el documento más revelador sobre cómo fue (según Harry) su vida como príncipe británico.